miércoles, 20 de mayo de 2015

LOS COCHES AUTOPILOTADOS ACABARÁN CON UN 40% DE LAS VENTAS DE AUTOMOVILES CONVENCIONALES EN EEUU

Un informe advierte del peligro de que los coches inteligentes, capaces de circular sin conductor, fuercen a General Motors y Ford, por ejemplo, a reducir drásticamente su producción en Norteamérica



Para desplazar al vehículo convencional, los autopilotados
deberán ofrecer el mismo confort y capacidad de aquéllos
MADRID ─ Las ventas de automóviles podrían caer un 40 por ciento en el transcurso de los próximos 25 años a consecuencia de la irrupción en el mercado de los coches inteligentes o autopilotados, según asegura en un informe Brian Johnson, un analista de Barclays plc, forzando a los grandes productores estadounidenses de automóviles a reducir drásticamente su producción, cerrando fábricas y reduciendo empleo. Johnson se ha atrevido a predecir que el impacto de los vehículos autopilotados se traduciría en el caso de General Motors (GM) y Ford, en recortes del 68 y el 58 por ciento de su producción en Norteamérica, respectivamente. ¿Y eso por qué, se preguntará el lector?. ¿Enloquecidos por su alta capacidad tecnológica, los coches inteligentes se volverán locos y embestirán a los coches convencionales a la salida de los semáforo?. ¿Atacarán enloquecidos los centros fabriles de los coches de siempre?.

Pues no, aunque en algunos de sus planteamientos, Brian Johnson nos parece que peca bastante de visionario ─exageradamente optimista, unas veces; demasiado fatalista, otras─ el argumento básico de su razonamiento no carece de sentido. Según él, los coches autopilotados harán el doble de kilómetros diarios de los que hoy recorren nuestros automóviles, debido a que las familias, en lugar de necesitar varios vehículos como ocurre ahora, tendrán bastante con uno.

Naturalmente, se desprende de las previsiones de Johnson que está hablando de vehículos absolutamente autónomos que no exijan, como ahora, que haya alguien dentro para conducirlos. De momento, como prueba el caso del célebre coche de Google, es obligatorio que se mantenga el volante desde el que un conductor pueda dirigir el automóvil en caso necesario y es imprescindible que siempre vaya a bordo una persona capaz de convertirse en conductor.

Salvados esos inconvenientes ─bastante importantes, por cierto─ está claro que un coche autopilotado podrá ir de un sitio a otro, llevando a todos los miembros de la familia a donde cada uno necesite y luego yendo a esperar a los otros a lugares preestablecidos.

Las que sí nos parecen desbordadas son las previsiones de Boston Consulting, según las cuales, en 2035, los coches autopilotados pueden suponer ya el 25 por ciento de las ventas mundiales de automóviles. De eso, nada; pensamos nosotros. ¡Ni contando con que Carlos Ghosn haya dicho que Nissan fabricará coches autónomos para 2020!. La verdad es que, después del éxito con las previsiones de ventas de sus propios coches eléctricos, los vaticinios de Ghosn no cotizan demasiado altos en la bolsa de futuribles.

Por cierto que, en el informe de Johnson. titulado Disruptive Mobility, que podríamos traducir como Movilidad Rompedora o, mejor, como Revolución en la Movilidad, que aunque pueda considerase una interpretación muy libre, creemos que es lo que mejor se ajusta a la idea que, pensamos, aquel título quiere transmitir.

La historia se repite

Brian Johnson apoya su argumentación en un precedente histórico. Hace mucho tiempo, los caballos realizaban muchas de las labores que hoy son cubiertas por los coches, pero según se ha ido incrementando el parque de automóviles, la población equina ha ido descendiendo, subraya Johnson.

El analista de Barclays plc cree que los fabricantes de automóviles deben desarrollar sus planes futuros teniendo muy en cuenta que la movilidad global se está redefiniendo, al tiempo que la población va a acelerar su proceso de concentración en megaurbes a lo largo de las dos décadas siguientes. 

Para Johnson, en el futuro existirán cuatro tipos de vehículos: los coches y camiones tradicionales conducidos por una persona para trabajar en zonas rurales; los familiares autopilotados, propiedad de una sola persona pero compartidos por todos los miembros de su familia; los autopilotados compartidos, que serán robots-taxi cuyos servicios serán requeridos vía smartphone; y los autopilotados colectivos, que acogerán a varios ocupantes como hacen ahora autobuses y autocares.

El informe presentado por Johnson sugiere que cada vehículo autopilotado compartido echará del parque automovilítico a nueve vehículos convencionales; en tanto que cada autopilotado colectivo reeemplazará a unos 18 convencionales. En el caso de los vehículos autopilotados compartidos, los taxis-robotizados, harán polvo al actual gremio del taxi, pues al ser vehículos que prescinden del conductor ─el factor que más eleva el coste del servicio─ su tarifa será muy reducida... incluso apreciablemente más reducida que los coches de Uber. 

No obstante, Johnson cree que los vehículos autopilotados serán positivos para las redes de transporte como la mencionada Uber Technologies, así como para los fabricantes de tecnología para esos vehículos autopilotados e incluso para las constructores de coches de bajo coste.

Y en cuanto al impacto que la supuesta generalización de los coches autopilotados pueda tener en el futuro de los gigantes automovilísticos, nos llama mucho la atención que no se considere la evolución más que probable que éstos acometerán en el producto que fabrican, basculando progresivamente del que ahora hacen al propio vehículo autopilotado. O sea que, por lo que a la nueva tecnología de movilidad respecta, los sindicatos pueden estar tranquilos que no será por ella por la que se pierdan puestos de trabajo.