- Para facilitar la operación, las familias Pujol y Tarragó, principales accionistas de la firma española, firmaron un pacto de no agresión la semana pasada
Xavier Pujol, consejero delegado de FICOSA |
MADRID ─ Finalmente, Panasonic ha llegado a un acuerdo para hacerse con el 49 por ciento del capital de FICOSA, el proveedor español de equipos y componentes para el automóvil, por una cantidad que algunos analistas estiman que podría situarse en torno a 250 millones de euros, dado que FICOSA ha sido valorada en 500 millones. El acuerdo, que podría concluirse, una vez obtenido el beneplácito de las autoridades antimonopolio, en el mes de marzo del año próximo, ha forzado a los dos accionistas de FICOSA, las familias Pujol y Tarragó, a firmar la semana pasada un pacto de no agresión para no entorpecer las negociaciones con el conglomerado japonés. Los Tarragó habían denunciado en 2011 a los Pujol acusándoles de haber llevado a cabo ciertas maniobras que habían forzado a los primeros a abandonar la gestión de FICOSA.
Las condiciones del acuerdo con Panasonic incluyen la opción de que ésta se pueda hacer a medio plazo con más acciones de FICOSA. La primera parte del compromiso ahora acordado se llevará a cabo mediante una ampliación de capital que será cubierta por Panasonic, aunque ésta también comprará acciones a los Pujol y Tarragó, a través de FICOSA Inversiones, la compañía que gestiona el capital del proveedor.
Antes de iniciarse las negociaciones con Panasonic, los Pujol controlaban el 55,62 por ciento del capital de FICOSA y los Tarragó el 44,38 por ciento. Finalmente y pese a la idea generalmente aceptada en el sector del automóvil al principio de conocerse las negociaciones con Panasonic de que los Tarragó podrían aprovechar la coyuntura para salirse del capital de FICOSA, ambas familias conservarán en conjunto y por el momento el 51 por ciento de esta compañía.
Durante los años de crisis e incluso antes, FICOSA, que en la actualidad genera un 60 por ciento de su facturación en Europa, ha padecido frecuentes y significativas pérdidas que han sido cubiertas en ocasiones por la propia Generalidad de Cataluña. En 2011, FICOSA pareció iniciar una recuperación de sus finanzas consiguiendo un volumen de negocios de 973 millones, un 30,8 por ciento más que en 2010, pero en 2012 y 2013, la facturación del proveedor español volvió a iniciar un suave pero apreciable declive, quedando en 925 millones en este último año, con unos beneficios netos declarados de 3,3 millones.
Precisamente en 2010, la Generalidad presionó a FICOSA para que se hiciera cargo de la fábrica que había abandonado Sony en Viladecavalls, a 38 kilómetros al oeste de Barcelona capital y que llegó a tener más de 2.000 trabajadores, una operación que FICOSA aún no ha terminado de digerir y que algunos consideran fuente, al menos en parte, de las desavenencias entre las familias Pujol y Tarragó.
Quizá cabría aquí decir que estos Pujol no tienen nada que ver con la familia del ex-muy honorable ex-presidente de la Generalidad, sumida ahora en escándalos financieros de dimensiones todavía no perfiladas con exactitud. Pero resulta que, a mediados de 2012, el levantamiento parcial del secreto del sumario sobre el asunto de las ITV catalanas, desveló que entre los detenidos figuraba Sergio Pastor, un directivo de FICOSA, y que Pedro Navarrete, ex-presidente de Sony en España, habría podido participar en el proceso de las ITV, mencionándose también a Xavier Pujol, actual consejero delegado de FICOSA, Oriol Pujol, hijo del ex-presidente de la Generalidad, Josep Tous y Ricard Puignou, ex-director general de Menta ITV, colaboradores necesarios de esta trama. O sea que, si no de consanguinidad, relaciones, relaciones, sí parece haber habido.
Los lectores interesados en ampliar detalles sobre esta entrada pueden consultar también la publicada el 26 de septiembre último con el título Panasonic podría comprar casi un 50% de FICOSA.