♦ La ausencia de Mathias Müller en el Salón del Automóvil de Detroit de este año podría haberse debido al temor de que el FBI le detuviera al pisar suelo estadounidense por el asunto del falseo de las emisiones de los motores Diesel del grupo alemán
MADRID ─ Aunque por el momento parece que se trata de una edición limitada a sus más altos directivos alemanes, parece que la versión más reciente del celebérrimo Baby, Please Don't Go, un blues que popularizó Joe Williams allá por 1935 y del que se han hecho multitud de versiones ─una de las cuales, la de Van Morrison y los Them, en 1964, puede escucharse y verse al final de este comentario─ podría deberse a Volkswagen (VW). La versión del fabricante alemán de automóviles parece que fue cantada a sus altos directivos poco antes de que se iniciasen las últimas vacaciones navideñas, recomendándoles que no viajaran a Estados Unidos ante el peligro de que fueran detenidos al llegar a este país por el asunto del fraude en las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) de los motores Diesel del grupo alemán.
En efecto, a esa recomendación podría deberse el hecho de que Matthias Müller, presidente ejecutivo del grupo VW, no hiciera acto de presencia en el Salón del Automóvil de Detroit, uno de los más importantes del mundo y al que suele acudir la casi totalidad de las cúpulas directivas de los fabricantes de automóviles.
Desde Wolfsburg se justificó la ausencia de Müller alegando que la compañía alemana no iba a realizar intervención especial alguna fuera del Salón de Detroit y que por ese motivo no iba a estar presente en Detroit ningún miembro del comité de dirección. Para salvar la cara, sí acudió al certamen Herbert Diess, presidente ejecutivo de la marca VW, cuya incorporación al grupo alemán se produjo sólo un antes de que saltara el escándalo de las emisiones por lo que su no implicación en éste parece fácilmente demostrable.
Conviene recordar que el salón de Detroit se abrió a los medios de comunicación, que son los que concitan la presencia de los altos ejecutivos automovilísticos, unos días antes de que VW se declarase culpable ante el Ministerio de Justicia de Estados Unidos y llegara a un acuerdo con éste para abonar 4.300 millones de dólares (unos 4.060 millones de euros al cambio actual).
¿Luz verde para viajar a Estados Unidos?
¿Quiere esto decir que los altos directivos tienen ya luz verde para viajar a Estados Unidos?. Pues mucho nos tememos que no; no ya porque VW vaya a tener que afrontar todavía algunas denuncias de grupos de usuarios o inversores, sino porque casi al tiempo de que se abriera a la prensa el Salón de Detroit, el FBI detenía en el aeropuerto de Miami (Florida) a Oliver Schmidt, que fue el responsable del departamento de buenas prácticas de VW en Estados Unidos, acusado de defraudar a este país y a los clientes estadounidenses de VW.
Schmidt era el único de los seis ejecutivos del grupo alemán buscados por las autoridades estadounidenses que se encontraba en suelo americano; los otros cinco estaban en ese momento en Alemania y siguen siendo buscados por FBI. Se da la circunstancia de que Schmidt acudía a Miami respondiendo a la citación para un par de días después de un tribunal de Florida con relación al tema de las emisiones.
Ahora, según algunos medios estadounidenses, Schmidt, del que aún no se ha confirmado que siga trabajando para VW, podría afrontar una condena de hasta 169 años de cárcel. Las noticias más recientes que nos han llegado respecto a Schmidt es que un juez federal de Miami le ha negado la libertad bajo fianza y ha decidido que su expediente sea trasladado a la jurisdicción de Detroit para que sea procesado allí.
Respecto a los otros cinco directivos de VW perseguidos por el FBI, que no han salido de Alemania, no parece probable que el grupo alemán vaya a acceder a una posible extradición de los mismos a Estados Unidos. Estos cinco y Schmidt podrían haber sido señalados por James Liang, el primer ingeniero de VW detenido en Estados Unidos con relación a este tema y que se declaró culpable, a comienzos de septiembre del año pasado, brindándose a colaborar con las autoridades de este país, al objeto de reducir lo más posible su condena.
Liang, que estuvo 25 años trabajando en la sede central de VW en Alemania, se trasladó a Estados Unidos en 2008 pero, un par de años antes, estando aún en Wolfsburg, había participado en el diseño de un motor Diesel pensado para ese mercado norteamericano. El motor, el tristemente célebre EA 189, empezó a venderse allí en 2009.
Así pues, según está el panorama, es muy posible que el grupo VW vuelva a cantar a sus altos directivos alemanes su particular versión del tema que a continuación interpretan Van Morrison y el grupo Them, también con vistas a las vacaciones del próximo verano.