► Amnistía Internacional arremete contra los coches eléctricos que tanto gustan a los ecologistas y les recuerda que hay niños de 7 años trabajando en las minas de cobalto de la República Democrática del Congo para que se puedan construir las baterías que usan aquéllos
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En efecto, justo el día antes de que el Salón de París abriese al público, AI emitió un comunicado en el que recordaba a todos los fabricantes de vehículos eléctricos que muchos de ellos están contribuyendo indirectamente a no sólo mantener, sino incluso fomentar el trabajo de los niños en la minería, citando concretamente que en las minas de cobalto de la República Democrática del Congo trabajan niños con sólo 7 años de edad.
El cobalto, recuerda AI, es un metal clave en la construcción de muchos de los paquetes de baterías de litio iónico, y un 20 por ciento de su extracción se hace a mano, con unos horarios abusivos y en unas condiciones de salubridad prácticamente inexistentes, a cambio de un salario que no alcanza ni siquiera un euro al día. AI asegura que sólo entre septiembre de 2014 y diciembre de 2015 murieron 80 trabajadores en las minas subterráneas de la República Democrática del Congo.
AI asegura disponer de documentación que demuestra que el cobalto extraído de la República Democrática del Congo es comprado por Zhejian Huayou Cobalt, una compañía china que abastece de ese metal a fabricantes chinos y surcoreanos de componentes como Samsung SDI o LG Chem, que luego venden esas baterías de litio iónico a diversos fabricantes de automóviles.
La primera de éstas dos compañías, indican desde AI, suministra baterías con cobalto procedente de la República Democrática del Congo a BMW para sus modelos i3 e i8 y a Fiat para sus 500e. La segunda provee de baterías a Chevrolet (Volt), Renault (ZOE y Twizzy), y a Tesla Motors.
Además, en su informe anual, AI señala también otras marcas como las alemanas Daimler y Volkswagen y la china BYD como posibles utilizadores de baterías de litio iónico que llevan cobalto procedente de la República Democrática del Congo.
El problema que subraya AI no es más que uno de los muchos que ecologistas y amantes de las subvenciones con dinero del contribuyente tratan de ocultar por todos los medios. Los lectores que deseen ahondar en la materia pueden encontrar mucha más información en libros como Green Illusions, The Dirty Secrets of Clean Energy and the Future of Environmentalism, de Ozzie Zehner, disponible también como ebook, y el mucho más modesto pero en español La Cara Oculta de los Combustibles Alternativos, de este servidor.