► La NHTSA da cinco estrellas al Dodge Challenger en un choque frontal mientras el IIHS lo suspende en un choque frontoparcial
El Dodge Challenger 2016 durante el test de choque frontoparcial al que fue sometido en los laboratorios del Instituto de Seguros para la Seguridad en Carretera (IIHS) |
MADRID ─ En diversas ocasiones hemos subrayado que no hay que creerse todo lo que oyes, ni todo lo que lees, y hasta ni todo lo que ves. Esta máxima debe ser tenida muy en cuenta cuando se trata de valoraciones del comportamiento de vehículos en las pruebas de resistencia al choque o al vuelco. Algunas de esas pruebas en realidad fueron diseñadas más como fábricas de argumentos de márketing de manera que prácticamente cualquier modelo sobresaliera en algo, aunque para ello hubiera que rebuscar hasta el agotamiento. Leemos en nuestra colega The Truth About Cars (La Verdad sobre los Coches), una publicación digital sobre el mundo del automóvil, la sorpresa que le ha producido a uno de sus comentaristas que mientras la NTSA da cinco estrellas al Dodge Challenger en el test de choque frontal contra un muro, el IIHS suspenda al mismo vehículo en el test de choque frontal parcial. A continuación ofrecemos un vídeo de la prueba del IIHS para mejor comprensión de en qué consiste.
Pero antes explicaremos que el acrónimo NHTSA corresponde nada menos que a la National Highway Traffic Safety Administration, la agencia federal dependiente del Departamento estadounidense de Transportes que entiende en materia de seguridad de los automómivles, y que el acrónimo IIHS corresponde al Instituto de Seguros para la Seguridad en Carretera, también de Estados Unidos, una organización que, como puede intuirse por su nombre, es financiada mayoritariamente por las aseguradoras estadounidenses.
Como habrá visto el lector, la prueba del IIHS consiste en un choque frontoparcial contra un muro en que sólo colisiona contra éste y de manera perpendicular, a 40 millas por hora (64,37 kilómetros por hora), la cuarta parte más exterior del vehículo. Pues bien, en esa prueba, el IIHS otorga la segunda peor valoración al vehículo probado y advierte que los maniquíes mostraban que el conductor (si la colisión se producía por el lado de éste) o el pasajero (cuando el choque era por el lado contrario) podían salir con una cierta cojera de un accidente de ese tipo, ya que la rueda de uno u otro lado se empotrada en la parte delantera del habitáculo por la zona del salpicadero ─aunque luego salía despedida─ dejando atrapados por su pie (izquierdo o derecho) a conductor o acompañante. De hecho, los técnicos del IIHS tuvieron que desmontar los pies mencionados de su correspondiente pierna para poder extraer el maniquí afectado del vehículo.
Pues bien, la NHTSA acaba de anunciar los resultados de su test de choque frontal contra un muro a 35 millas por hora (56,33 kilómetros por hora) realizado al Dodge Challenger de 2017, que no difiere en el aspecto estructural del modelo del 2016 que probaba el IIHS, otorgando al vehículo un resultado de 5 estrellas. Cabe añadir que en el test de choque lateral, ambas organizaciones coinciden en dar la máxima puntuación a sus respectivos Dodge Challenger y puntuaciones aceptables pero muy parecidas en la prueba de resistencia del techo.
Entonces, la pregunta es: ¿dónde está el fallo, en el vehículo o en los tests?. Pues todo apunta a que en estos últimos. En efecto, el resultado del choque frontoparcial pone en evidencia que el test de choque frontal de la NHTSA no es bueno y, de hecho, ya son varias las organizaciones que se están mostrando muy críticas con él, reclamando que esta agencia federal lo retire y diseñe una prueba que se ajuste mucho más a la realidad.