► Alemania pide al fabricante estadounidense que deje de anunciar que sus vehículos tienen una función Autopilot ► El organismo holandés que autorizó esa marca comercial dice ahora que es una denominación que puede conducir a error
MADRID ─ El Ministerio alemán de Transporte ha dirigido una carta a Tesla Motors, el fabricante estadounidense de coches eléctricos, en la que recomienda a éste que deje de usar la denominación comercial Autopilot para el sistema semiautomático de conducción con el que van equipados sus vehículos. Al mismo tiempo, el Servicio Holandés de Tráfico Rodado (RDW, en el acrónimo de los Países Bajos) ha manifestado su preocupación por haber autorizado aquella denominación comercial en toda Europa. A ambos organismos habría que decirles aquello de ¡A buenas horas, mangas verdes!.
En efecto, si eso se hubiera pensado en su momento, podrían haberse evitado la muerte o muertes que se han producido al accidentarse vehículos Tesla que supuestamente iban guiados por el sistema Autopilot, sin intervención alguna del conductor.
Tesla ha respondido al Ministerio alemán de Transportes subrayando que la denominación Autopilot ha sido utilizada durante décadas por la industria aeroespacial para referirse a un sistema que funciona con la cooperación de un conductor humano y que el fabricante de automóviles siempre ha dejado muy claro a sus compradores que el sistema requiere que los conductores estén siempre pendientes de la marcha del vehículo.
La Autoridad alemana del transporte motorizado (KBA, en su acrónimo alemán) ha dirigido por su parte una carta a todos los propietarios de coches Tesla recordándoles que la marcha de éstos no debía encomendarse exclusivamente al sistema automático de conducción y que requería la vigilancia permanente de sus conductores.
El organismo alemán para la defensa del consumidor, vzbv (escrito así, en minúsculas), ha advertido a los propietarios de coches Tesla que no usen su Autopilot cuando circulen por carretera. Una carta advirtiendo a los conductores de estos vehículos de que no usen el sistema no basta. Eso lo que hace es transferir a los consumidores la responsabilidad de un fallo que se produjo en la aprobación de aquella marca comercial, afirman desde vzbv.
Fallos por parte de todos
Una vez más, se pone en evidencia que buena parte del problema del Autopilot de Tesla es la muy deficiente vigilancia que las autoridades en general llevan a cabo sobre la publicidad y las denominaciones comerciales.
Asimismo, la actitud de Tesla en este asunto deja mucho que desear. Algunas semanas después de la muerte de un conductor de uno de sus vehículos en Florida (Estados Unidos), el fabricante anunció que ya disponía de una nueva versión del sistema Autopilot que habría evitado aquel accidente.
¿Quiere eso decir que la anterior versión del Autopilot era una versión beta?.
Aclaremos que una versión beta de un producto ─muy frecuente en el mundo de la informática y las comunicaciones─ se saca al mercado con la idea de que sus usuarios ayuden al fabricante a detectar fallos del mismo que luego corregirá ese fabricante.
Evidentemente, no se puede ofrecer un sistema automático ─y por mucho que argumente Tesla, Autopilot viene de autopilotaje, de ahí la tardía preocupación de la DRW holandesa─ para que el usuario de aquél vaya detectando los fallos del mismo y se lo comunique al fabricante.
Un sistema cuya utilización puede poner en peligro vidas humanas no puede sacarse al mercado en una versión beta.