► En Norteamérica se registraría un descenso del 10 por ciento, quedando en 215.000 unidades pesadas, y en Europa bajaría un 5 por ciento, a 280.000
MADRID ─ El grupo sueco Volvo, que comercializa en todo el mundo camiones con su marca y también con las de Renault, Mack y UD, ya había advertido a mediados del año pasadfo que la demanda norteamericana de camiones iba a empezar a desmoronarse, tras unos años de bonanza y las cifras tanto de los últimos meses de 2016 como de lo que va de año, lo han confirmado plenamente como luego se verá. Pero ahora, Martin Lundstedt, presidente ejecutivo del grupo ha señalado que en 2017 también la demanda europea de esos vehículos tenderá a la baja, pudiendo descender hasta un 5 por ciento con respecto a la del año 2015.
En realidad, el descenso previsto para Europa en 2017 va a ser quizá algo menor porcentualmente de lo se pensaba en un principio debido a que las ventas de camiones pesados se han venido manteniendo fuertes en 2016, hasta el punto de que ahora Volvo las cifra en 295.000 unidades, en lugar de las 290.000 de que hablaba en su previsión precedente y muy por encima de las 280.000 con que en Volvo contaban en marzo del presente año.
La fuerte demanda de transporte de mercancías que se ha vivido en el Viejo Continente durante 2015 y lo que va de 2016 es lo que ha llevado a los transportisas a rejuvenecer sus flotas, dando lugar a esa fortaleza en la demanda de camiones, según Lundstedt, quien, sin embargo, ve ahora que la edad media de los vehículos en circulación se ha recortado, por lo que es previsible que las compras de nuevos vehículos desciendan. Por otro lado, Lundstedt también subraya que, aunque no de forma rápida, la incertidumbre generada por el Brexit, ha empezado a notarse ya en la evolución de la demanda británica de camiones, y también en cierta medida en la de la Europa continental.
En Norteamérica, tras registrar un máximo en los primeros meses de 2015, la demanda comenzó a dar síntomas de flaqueza y el descenso se agravó en la segunda mitad del año pasado ─ejercicio que se cerró con 302.000 unidades vendidas─ habiendo proseguido en lo que va de éste, de forma que, según las previsiones de Volvo, 2016 se cerrará con 240.000 vehículos vendidos. En consecuencia, la previsión de Volvo es que las ventas de la clase 8, como allí llaman al segmento de más de 15,5 toneladas ─en Europa el segmento pesado comienza en 16 toneladas─ alcancen sólo 215.000 unidades en 2017.
Por lo que concierne a Brasil, un mercado muy importante para los fabricantes de vehículos industriales, el grupo sueco mantiene su previsión de 30.000 unidades pesadas para el conjunto de 2016, con una cierta mejoría en 2017, año en que las ventas podrían subir a 35.000 unidades.
Las ventas mal en todos los sitios, salvo en Europa
Respecto a las ventas de camiones del grupo Volvo en particular, salvo en Europa, donde la demanda se ha mantenido fuerte en los nueve primeros meses del presente año, en general han sido más bajas que en el mismo período del año previo, lo que ha obligado al grupo sueco a ir reduciendo gradualmente la producción de estos vehículos.
En total, se entregaron al cliente 139.935 camiones de enero a septiembre de 2016, lo que supone un descenso del 7 por ciento respecto al mismo período del año previo. Por marcas, la más afectada fue lógicamente Mack, cuyas ventas se concentran en el mercado norteamericano, que vió bajar sus ventas de 20.354 a 14.727 (-28 por ciento), seguida de Volvo, que pasó de 82.865 a 74.923 (-10 por ciento). Sin embargo, la francesa Renault, aumentó sus entregas de 33.144 a 34.792 (+5 por ciento) y la japonesa UD también creció, subiendo de 14.914 a 15.493 (+4 por ciento).
Por lo que se refiere al resto de las divisiones del grupo, lo más destacable es que la de maquinaria para obras, Volvo Construction Equipment (CE) y debido fundamentalmente al enfriamiento de la economía china, sigue desenvolviéndose, según indicó Lundstedt, en el marco de una tendencia a la baja de las ventas de tales equipos, la cual se mantendrá en lo que resta de 2016, ejercicio que se cerrará con un descenso del 10 por ciento en las ventas. Para 2017, las expectativas son algo mejores, previéndose una cierta recuperación de la actividad en este frente, que podría dejar las cosas entre un mero mercado plano y un aumento del 10 por ciento.
Ciñéndonos ya al tercer trimestre de 2016, los beneficios del grupo Volvo antes de impuestos, intereses y amortizaciones fueron de 4.850 millones de coronas unos 493,8 millones de euros al cambio actual), un 4,7 por ciento menos que en el mismo trimestre del año pasado. Ello se ha debido en parte a la venta de la división de Tecnología de la Información a HCL Technologies en el mes de abril último, con lo que los ingresos que generaba esa actividad ya no se han contabilizado en el tercer trimestre del año 2016.
Pese a ese descenso de beneficios en el tercer trimestre, la sorpresa ha sido que el margen operativo ha subido del 6,9 al 7 por ciento y, ciñéndonos sólo a los camiones, el salto ha sido mayor, alcanzándose un 8,2 por ciento cuando era del 7,2 por ciento. Algunos expertos explican esa mejoría en el margen de explotación porque en el tercer trimestre es cuando se han realizado los recortes más importantes en la producción de camiones para adecuarla a la demanda.
Asimismo, hay que rendir tributo a los que, como Olof Persson, el antecesor de Martin Lundstedt, cayeron en el camino por las prisas de los accionistas que suelen creer que los efectos positivos de las medidas de austeridad se hacen sentir con la misma velocidad que la luz enciende la bombilla cuando se pulsa el interruptor de la corriente eléctrica. Es ahora cuando se están sitiendo los efectos benefactores de las difíciles medidas que tuvo que tomar Persson ─entre ellas la de despedir a más de 4.000 empleados─ en el marco de un plan para recortar 10.000 millones de coronas suecas de los gastos registrados por el grupo sueco en 2012 en el plazo de cuatro años, es decir para este año.
Finalmente, indicar que pocas horas después de hacerse público el informe financiero del grupo Volvo en el tercer trimestre de 2016, se anunciaba que el grupo va a vender a la inmobiliaria sueca Platzer Fastigheter Holding algunas de sus propiedades en las proximidades de Gotemburgo, donde se encuentra la sede central de Volvo AB. El importe de la operación asciende a 2.700 millones de coronas con unos beneficios de 1.400 millones que se reflejarán en la contabilidad del último trimestre del presente año. Ya en el primer trimestre de 2014 y dentro de los planes de saneamiento del mencionado Olof Persson, el grupo realizó una serie de desinversiones inmobiliarias similares a éstas, aunque en aquella oportunidad, además de en Gotemburgo, las propiedades se encontraban también en Dinamarca y Finlandia.