jueves, 20 de octubre de 2016

APPLE ELÉCTRICO: UN TITÁN CON PIES DE BARRO

► La compañía estadounidense despide a buena parte de la plantilla que había contratado al efecto y opta por concentrarse en el desarrollo de un sistema de autopilotaje para automóviles

Actualizado el 20.10.2016, a las 14:17

MADRID ─ Después de dar lugar seguramente a millones de líneas en los medios de comunicación, que veían a Apple desbancando a Tesla Motors como líder del mercado mundial de coches eléctricos, el gigante estadounidense de la informática y la telefonía ha anunciado que abandona el proyecto de construir un coche eléctrico, conocido internamente como Proyecto Titán. En su lugar,un nuevo equipo de personal contratado al efecto tendrá de margen hasta finales del año que viene para demostrar la factibilidad de construir un sistema de conducción automática de automóviles que Apple podría suministrar en el futuro a las compañías constructoras de éstos.

Durante los últimos meses, las cerca de mil personas que, desde que se inició el proyecto en 2014 había contratado Apple para desarrollar su coche eléctrico, han terminado siendo reubicadas, despedidas o han abandonado voluntariamente la compañía, siendo al parecer reemplazadas en buena medida con nuevo personal con experiencia en el enfoque que ahora se quiere dar al asunto, es decir, un sistema de conducción semiautomática o quizá, incluso automática.

El balance del proceso queda muy bien reflejado por el saber popular en el refrán castellano de ¡Zapatero, a tus zapatos! y de hecho ninguno de los fabricantes de vehículos convencionales había manifestado demasiada preocupación por lo que Apple pudiera hacer, quizá por ser mucho más conscientes de las dificultades que conlleva diseñar y producir un coche eléctrico, sobre todo que ofreciera los elevados niveles de innovación y prestaciones que la firma está acostumbrada a ofrecer a sus clientes..

Por otro lado y siempre según rumores no confirmados, la obsesión de Apple por contratar al personal más prestigioso para un proyecto que debía culminar en los primeros años de la década próxima había configurado una estructura con demasiadas figuras ─muchos rostros pálidos y muy pocos indios, como se suele decir─ por lo que los enfrentamientos a la hora de tomar decisiones sobre la estrategia a seguir eran continuos.