🔸 Fue un acuerdo firmado entre la compañía británica y la austriaca en los primeros meses de 1988, mucho antes de que la primera fuese adquirida por la germana MAN
Un ES 8 (6X2) con cabina Steyr de la última etapa de ERF |
Pues bien, como recoge un recorte de la revista británica Commercial Motor, aportado gentilmente a los comentarios en torno a esa publicación de Facebook por Eduardo Bastida Martín, distinguido miembro del grupo mencionado, en febrero de 1988 ERF firmó un acuerdo con la entonces Steyr-Daimler-Puch por el que esta compañía austriaca se comprometía a suministrar a la primera sus cabinas de día (sin litera) y 2,2 metros de ancho para los vehículos de 16 y 17 toneladas de ERF. A cambio, los austriacos, que ya llevaban tiempo meditando establecerse con sus camiones de 13 y 17 toneladas en el Reino Unido, se comprometían a comprar a ERF ciertos componentes fabricados en fibra de vidrio.
El tablero de mandos del vehículo cuya fotografía abre este comentario evidencia que Steyr ya había pasado a poder de MAN |
Lo que ERF pretendía con este acuerdo con Steyr era atacar en el mercado británico al segmento de las grandes flotas de distribución ofreciéndoles una cabina con una estética renovadora para un mercado que, como el británico, seguía aferrado a una estética de cabina aún aferrada en sus líneas a los diseños de los 60 y 70. No obstante el acuerdo firmado con los austriacos, ERF siguió comercializando con sus cabinas propias los mismos chasis que se ofrecían con la cabina Steyr.
Los camiones Steyr con cabinas MAN
Tras algunas exportaciones meramente testimoniales al Reino Unido, el fabricante austriaco caería finalmente en manos de MAN en 1990 ─ya se estaba cociendo la gran crisis de 1993. Pero hasta 1994, Steyr, no empezó a usar en sus camiones pesados (NSK) la cabina de los F2000 de MAN. Después serían los Steyr ligeros (NLK) y los de medio tonelaje (NMK) los que incorporarían, respectivamente, las cabinas L2000 y M2000 de MAN.
Esta es la fotografía del ERF ES 8 que dio lugar a este artículo |
Algún tiempo después, MAN descubriría que había sido timada y que la contabilidad de ERF no reflejaba la auténtica situación financiera de esta compañía, lo que llevó a los alemanes a denunciar por fraude a Western Star, el fabricante australiano-canadiense que le había vendido ERF y, después, por responsabilidad subsidiaria, a la estadounidense Freightliner, filial de Mercedes, que en el ínterim se había hecho con Western Star.
MAN ganó aquel pleito y los lectores interesados en saber más del asunto, pueden encontrar satisfecha su inquietud consultando el enlace siguiente:
50 años de Western Star: de White Motor a Daimler Trucks, pasando por Australia y ERF