► En enero de este año, dos de sus concesionarios denunciaron que la compañía había pagado a otros concesionarios por decir que vendían más unidades de las que realmente vendían
Según la denuncia de los dos concesionarios del grupo Napleton Automotive, FCA ofrecía a cambio de falsear las ventas un mayor suministro de sus modelos de más venta al concesionario que entraba en el juego e incluso unos bonos en forma de fondos para la cuenta de publicidad del concesionario, bonos que alcanzaban varias decenas de miles de dólares, ventajas de las que no disfrutaban los concesionarios que no se prestaban a falsificar sus ventas mensuales.
Pero, como decimos, FCA dijo que las acusaciones no tenían fundamento alguno y, a partir de abril último lo que hizo fue añadir a sus informes mensuales en que anunciaba ventas cada vez más altas, una nota aclaratoria ─un tanto confusa, por cierto─ en las que indicaba que las ventas anunciadas por FCA eran las obtenidas al detalle y en operaciones con flotas, amén de un cierto número de vehículos vendidos a empleados y directivos de la compañía (en activo o jubilados). Básicamente, lo que se quería matizar era que las ventas que anunciaba FCA eran a concesionarios y no a clientes finales.
Los expertos no acaban de ver claro el tema, pues el número de vehículos supuestamente vendidos de forma falseada no parece demasiado grande (varias decenas de vehículos, según algunos de esos expertos) y aunque suponía un aumento de ventas para el mes que finalizaba, dejaba al concesionario con déficit de ventas para el mes siguiente. Si en ese nuevo mes las cosas se le daban bien, el concesionario podía recuperar el déficit, pero si no, éste iba engordando progresivamente con lo que a lo largo de un año el problema acumulado podría ser importante.