► Lanzados al mercado en 2007, la bajada del precio de los combustibles ha hecho que el mayor coste de estos vehículos disuada a los transportistas de comprarlos
MADRID ─ Por más que se empeñen en defender por aquí o por allá que la sensibilidad de los profesionales del transporte respecto a los problemas de las emisiones de CO2 y la conservación del entorno natural es cada vez mayor, lo único que está claro es que la parte más sensible de los humanos es el bolsillo y que cuando las pelas están en juego, la importancia de todo lo demás se desvanece en el horizonte o quizá tras esa capa de ozono de la que no se ha vuelto a hablar desde que, sin que nadie haya explicado aún por qué, dejó de contraerse y comenzó a regenerarse. Y si no, que se lo pregunten a Paccar, el grupo estadounidense fabricante de los camiones Pdeterbilt y Kenworth y, ya en Europa, de DAF Trucks.
Fue en 2007 cuando con gran despliegue informativo, Paccar anunciaba el lanzamiento de camiones Kenworth y Peterbilt propulsados por una cadena cinemática del tipo híbrido diésel-eléctrico con la que se pretendían recortar los costes de explotación de esos vehículos, reducir el consumo de combustibles fósiles y recortar las emisiones de CO2.
Pero claro, con el precio del petróleo por los suelos, aunque últimamente se haya recuperado un tanto, y con el coste adicional de entre 30.000 y 40.000 dólares (de 27.000 a 36.000 euros al cambio actual) sobre el precio ya de por sí elevado de los camiones Kenworth normales, los transportistas decidieron dejar en el congelador la nueva tecnología híbrida y seguir insistiendo en los tradicionales combustibles fósiles, es decir, en el gasóleo.
¡Y eso en Estados Unidos, donde el transportista trabaja con unos márgenes ajustados pero que para sí quisieran los transportistas españoles!.
Desde luego, las oscilaciones del precio del petróleo son cíclicas, pero con un período muy variable, como se puede ver en esta última bajada del mismo. Así, con unos períodos de renovación del vehículo de entre tres y cuatro años, es fácil que un transportista decida comprar uno de esos camiones híbridos justo cuando falta un año para la siguiente fase a la baja del ciclo de precios de los combustibles, con lo que tendría que tragarse una tecnología mucho más cara durante los dos o tres años siguientes... o tratar de vender su vehículo híbrido, algo realmente difícil en semejantes circunstancias.
Otra cosa son los vehículos híbridos que, por cuestiones con frecuencia demagógicas se compran en los ayuntamientos, porque ahí el que paga la metedura de pata es el contribuyente y eso, como bien se sabe, les importa un pimiento a los políticos.
En fin, que lo cierto es que Paccar no dispone de unidades Kenwort o Peterbilt de propulsión híbrida diésel-eléctrica desde hace tres o cuatro años y ni siquiera aparecen en la página de Internet del grupo Paccar.
No obstante, desde este grupo se asegura que sus ingenieros continúan desarrollando la mencionada tecnología híbrida para cuando el precio del petróleo entre en la fase de crecimiento del presente ciclo.