🔸 Participó en la edición de 1953 de la famosa prueba ciclista francesa y estaba construido sobre mecánica Renault
MADRID ─ En uno de los correos que a diario me envía PINTEREST, me he topado con una fotografía de un vehículo que enseguida me llamó mucho la atención no ya por su estrambótica carrocería, propia de uno de aquellos vehículos publicitarios de otros tiempos, sino también por que anunciaba las Pastillas Valda, aquéllas de mentol penicilina que tanto me gustaban cuando era niño, como supongo que también les pasaría a muchos otros de mi quinta, y que no sé si continúan vendiéndose en las farmacias. La información que pude sacar de PINTEREST apenas decía que se trataba de un vehículo publicitario construido sobre mecánica Renault que participó en el Tour de France de 1953, así que me puse a rastrear la foto en busca de más información, fiel a la norma que me imbuyeron mis mayores de que no había que conformarse solo con mirar los santos (las fotos).
Finalmente y tras consultar varias decenas de enlaces di con un articulo publicado por Søren Navntoft, el 23 de enero de 2019, en VIARETRO en el que su autor explicaba el origen de tan curioso vehículo, diciendo:
Todo aquel que haya visitado el país galo para ver una o más etapas de la legendaria carrera ciclista Tour de Francia, sabrá que la vida como espectador puede ser un placer inmensamente breve. Si todos los ciclistas pasan por el lugar que has encontrado laboriosamente entre la multitud formando un gran pelotón, entonces el placer se acaba en cuestión de segundos. Afortunadamente, el Tour ofrece otra atracción más ruidosa para los espectadores: La Caravana Publicitaria o La Caravana del Tour.
El fundador del Tour de Francia, Henri Desgrange, tuvo que afrontar un gran desafío para mantener con vida su proyecto, la carrera de bicicletas más grande del mundo, y ganar suficiente dinero para financiar la enorme tarea logística que cada año conllevaba la prueba.
Durante la década de 1920, el interés por el Tour disminuyó debido a los acuerdos entre un pequeño grupo de los equipos más potentes. Los equipos comenzaron a ser patrocinados por los fabricantes de bicicletas, con lo que el ganador no era lo importante sino cuál era la bicicleta que montaba.
Para colmo de males, entre 1919 y 1929, la carrera solo fue ganada por un francés en una ocasión, lo que empezó a mermar los motivos que los aficionados franceses podían tener para seguir la prueba. De hecho, algunos fabricantes de bicicletas eran demasiado poderosos con respecto a los organizadores.
Cómo recuperar el control financiero del Tour
En consecuencia, el objetivo de los organizadores se convirtió en retener como fuere a los equipos nacionales o regionales tal y como pasaba en las primeras ediciones del Tour. Así que el equipo de Desgrange modificó el reglamento del Tour estableciendo que cada ciclista tenía que llevar la misma bicicleta y todas ellas serían proporcionadas por el organizador de la carrera. Pero, ¿cómo cubrir entonces los costos?.
La solución fue crear una revolucionaria caravana publicitaria, a la que enseguida acudieron las grandes marcas francesas para asegurarse un lugar, o, mejor dicho, un automóvil, en la citada caravana, y desde entonces ha sido costoso pero también lucrativo participar en el Tour.
Desgrange no solo creó una brillante nueva forma de financiar la carrera, sino que al mismo tiempo también estableció una parte importante de lo que hoy es el Tour, sobre todo para los millones de personas que ocupan fielmente su lugar junto a la carretera día tras día durante las semanas en las que la prueba tiene lugar.
También en el recorrido moderno, la caravana es una parte casi imprescindible ya que según el sitio web oficial del Tour, el 47 por ciento de los espectadores acuden principalmente para ver la caravana publicitaria, no el paso de los corredores.
Antes de cada etapa, la caravana desfila con sus coches, camionetas y autobuses imaginativamente reconstruidos y llenos hasta los topes de alegres hombres y mujeres. Desde cada uno de los vehículos, se ofrece entretenimiento para llamar la atención y se lanzan a la multitud muestras gratuitas de los productos que promocionan.
Como una cabalgata de Reyes Magos
Siempre ha sido, y así sigue siendo, un sistema muy popular en que niños y adultos tratan de hacerse con las muestras gratuitas de los productos que les son lanzadas desde los vehículos. Es una situación un tanto loca, pero que sigue siendo bastante entretenida, a semejanza de una cabalgata de Reyes.
No menos importantes son los vehículos que participan en la caravana, con modificaciones coloridas e imaginativas en sus carrocerías que nunca dejan de fascinar. En los viejos tiempos, quedaban restringidos a utilizar la artesanía adecuada en metal y madera. Hoy, las ideas se ejecutan principalmente en plástico y fibra de vidrio. Quizás ya no sean tan impresionantes, pero todavía sirven como entretenimiento para muchos hombres, mujeres y niños a lo largo de la ruta de la carrera ciclista que aproximadamente tiene 3.500 kilómetros de longitud.
Por otro lado, los diversos fabricantes de modelos de automóviles en miniatura han comenzado desde hace mucho tiempo a producir copias odelos de los vehículos publicitarios más gloriosos que participaron en la Caravana del Tour. ¿Está el lector buscando un pasatiempo o simplemente un nuevo modelo que incorporara su colección de miniaturas. No busque más…
Hasta aquí, el artículo de Søren Navntoft que, como el lector habrá visto, no aporta información adicional sobre el vehículo de Pastillas Valda que dio origen a este comentario, pero sí nos aclara por qué se construyó.
Naturalmente, serán bienvenidos todos los datos técnicos que puedan complementar la información sobre tan curioso Renault.
Datos adicionales:
Guillermo Suárez, miembro del grupo de Facebook No todo fue Barreiros y Pegaso cree que la base del vehículo era un chasis de autobús Renault 2,5 toneladas.