🔸 Es inaceptable la forma en que las autoridades están tratando a los conductores, con comida y saneamiento limitados, y orientación y comprensión insuficientes
MADRID ─ La Unión Internacional de Transporte por carretera (IRU por sus iniciales en inglés) reclama urgentemente nuevos protocolos de emergencia fronteriza de COVID, ya que los conductores varados en las carreteras europeas afrontan una Navidad sombría. Aunque los camiones ahora se mueven lentamente a través de un Dover Reino Unido) paralizado en dirección a Francia, se espera que la acumulación actual de hasta 10.000 camiones tarde al menos una semana en despejarse al ritmo actual. El problema es mucho más grave, pues esa cifra no tiene en cuenta muchos miles de camiones atascados en otros lugares del Reino Unido, esperando la luz verde para acercarse a Dover.
La IRU considera que todos los países europeos deberían relajar sus medidas anti COVID-19, como lo ha hecho parcialmente el Reino Unido, imponiendo prohibiciones y restricciones durante el período de Navidad y Año Nuevo que permitan a los conductores llegar a casa de forma segura y que las cadenas de suministro vuelvan a la normalidad lo antes posible.
Las pruebas de COVID también han demostrado ser ineficaces, ya que los conductores están en gran parte aislados en sus vehículos y solo conduce a que se produzcan retrasos mayores sin ningún beneficio para la gestión de la pandemia.
Umberto de Pretto, secretario general de la IRU, señala que las empresas de transporte de toda Europa continúan informando sobre conductores confundidos, asustados y molestos en tierra y que los conductores no deberían verse obligados a pasar la Navidad en un estacionamiento. Necesitamos llevarlos a casa con sus familias lo más rápido posible.
Lo que se está produciendo es un ensayo general del post-Brexit en la frontera entre Francia y Reino Unido y que se llegue o no a un acuerdo comercial no va a cambiar nada. Es inaceptable la forma en que las autoridades están tratando a los conductores, con comida y saneamiento limitados, y orientación y comprensión insuficientes, aseguran desde la IRU.
Se necesitan nuevos protocolos
No es la primera vez que la pandemia bloquea una importante ruta comercial transfronteriza, interrumpiendo las cadenas de suministro esenciales y provocando miseria en los conductores. A pesar de las esperanzas de un pronto fin a la pandemia y con un nuevo acuerdo comercial entre la UE y el Reino Unido a la vista, los gobiernos deben intensificar los planes y protocolos para hacer frente a las crisis fronterizas.
Un acuerdo comercial posterior al Brexit no eliminará la posibilidad de bloqueos debido a procedimientos aduaneros y cruces fronterizos adicionales. Se espera que las nuevas cepas de COVID-19 causen problemas durante algún tiempo.
Los conductores y las empresas de transporte ya se han enfrentado a docenas de problemas fronterizos y bloqueos a causa de la pandemia, por ejemplo, las colas de camiones de 60 kilómetros de longitud observadas en algunas fronteras internas de la UE, u otros países de Europa, Asia y América cerraron completamente sus fronteras a los camiones durante períodos prolongados. de tiempo. En todos esos casos, los conductores esenciales y trabajadores quedan atrapados y sufren.
Las recomendaciones de la Comisión Europea sobre medidas fronterizas pandémicas, adoptadas ayer, y reforzadas en la enérgica carta del Comisionado de Transporte a los estados miembros hoy, ayudan de alguna manera a resolver la situación en Europa, aunque los estados miembros, incluida Francia, deben aplicar cuanto antes dichas medidas.
Los carriles verdes de la Unión Europea que se establecieron a principios de este año también fueron útiles, junto con el apoyo de alto nivel de la ONU para los acuerdos de tránsito, como el TIR, que ayudan a que las mercancías se muevan de manera más eficiente a través de las fronteras. Sin embargo, esos sistemas no funcionan cuando una frontera se cierra por completo a los camiones.
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Relajarse las prohibiciones de conducir
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A pesar de su triste Nochebuena, los conductores agradecen a las personas que se esfuerzan por apoyarlos en el terreno, incluidos los trabajadores de caridad y los voluntarios de la comunidad local.