🔸 La necesidad de que el vehículo fuese considerado como un producto local y no pagara aranceles llevó al fabricante alemán a utilizar un motor Rover para propulsar estas furgonetas
Las furgonetas Sprinter de Mercedes-Benz iban propulsadas en Mercosur por un motor Rover fabricado en Brasil bajo licencia por Iochpe-Maxion |
Pues la sorprendente medida se debía a la necesidad de cumplir la normativa entonces vigente en cuanto al grado de nacionalización para que el producto fuese considerado como local.
Al estar Brasil, como Argentina, integrados en Mercosur, el mercado común de Sudamérica, no importaba que los motores se construyeran en Brasil y se montaran en Argentina a efectos de considerarlos como producto local.
Por eso, Mercedes-Benz encargó a Iochpe-Maxion, un fabricante brasileño de motores que algún tiempo después sería adquirido por International Engines, filial brasileña de la actual Navistar, que construyera bajo licencia los motores Rover 300 Tdi para la gama Sprinter que se iba a producir en Argentina.
Los motores se empezaron a construir a partir de componentes que eran enviados desde Rover en Gran Bretaña, pero, poco a poco, Iochpe-Maxion fue incorporando a sus motores piezas y partes fabricadas en Brasil.
Como decíamos al principio, los motores Rover 300 Tdi se habían pensado como motores de gasolina para el Land Rover Defender, pero las necesidades del mercado los transformaron en motores de cuatro cilindros en línea, de los denominados Diesel rápidos, con 2,5 litros de cilindrada e intercooler que rendían una potencia de 110 caballos, la cual se situaba a mitad de camino de las dos ofertas de motorización Diesel que Mercedes-Benz tenía por entonces para sus furgonetas Sprinter europeas. Sin embargo, finalmente, en su aplicación a la gama Sprinter la potencia se quedaría en sólo 105 caballos.
Un motor compartido con otros fabricantes
El motor de origen Rover que Iochpe-Maxion fabricó en Brasil fue conocido con diversas denominaciones como HS2.5, Maxion-HSD, Maxion-Rover y hasta F-1000, en la variante que se vendió a Ford para propulsar las pick-up F-1000 que esta marca fabricaba en Brasil y, más adelante, también para el Ford Ranger.
Fue el éxito de ventas conseguido en Brasil y Argentina con la MB 180 fabricada en España lo que animó a Mercedes-Benz a construir sus Sprinter en Argentina |
Los objetivos que se habían marcado en Stuttgart con las Sprinter fabricadas en Argentina eran iniciar la producción y comercialización de la misma en 1996 y alcanzar una producción de 15.000 unidades anuales a partir de 1997, de las que el 80 por ciento se iba a destinar a la exportación: 10.000 unidades a Brasil, 2.000 a los demás países sudamericanos y 3.000 para atender la demanda interna argentina.