♦ Acusa a algunos directivos del grupo alemán de pasividad cuando tuvieron conocimiento del problema del software que falseaba las emisiones de NOx de los motores Diesel del grupo alemán
MADRID ─ Esto del Dieselgate amenaza con acabar como el rosario de la aurora. Hace sólo unos días, nos topábamos con la noticia de que la responsable de buenas prácticas de Volkswagen (VW) abandonaba la compañía al cabo de poco más de un año de haber llegado a ella; eso sí, tras cerrar un millonario acuerdo de indemnización. La penúltima es que Ferdinand Piëch, el que fuera presidente del consejo supervisor de VW y que fue forzado a dimitir por el consejo cinco meses antes de que saltara a los medios de comunicación el escándalo, parece dispuesto a pasar factura a sus antiguos compañeros, especialmente a Martin Winterkorn que fue quien heredó su cargo y ha empezado a tirar los trastos a la cabeza a los que le obligaron a abandonar su puesto.
En efecto, Piëch aseguró a las publicaciones alemanas Bild am Sontag y Der Spiegel que la primera noticia que él tuvo sobre el problema fue a través de una compañía israelí de seguridad y que se lo comunicó a varios directivos del grupo, incluyendo el citado Winterkorn, en una reunión que tuvieron en marzo de 2015.
Piëch citaba incluso los nombres de algunas de las personas que participaban en aquella reunión como Stephan Weil, primer ministro del estado federal de Baja Sajonia ─estado que posee el 20 por ciento del capital de VW─, Wolfgang Porsche, presidente de Porsche, y Bern Osterloh, presidente del comité de empresa.
Incluso precisaba Piëch en sus declaraciones a Der Spiegel que, en el caso de Martin Winterkorn, éste conocía el problema de los motores Diesel desde febrero de 2015, pese a que éste último siempre ha mantenido que no supo nada acerca del dispositivo falseador de emisiones hasta el 15 de septiembre de ese año.
Como era de esperar, el consejo supervisor de Volkswagen ha negado tajantemente que las declaraciones de Piëch sean ciertas y hasta parecen haber amenazado a éste con llevarle a los tribunales.