• La medida podría afectar a unas 180.000 unidades de las marcas Volkswagen, Audi, Seat y Skoda homologadas Euro 5 aún sin vender o matricular • Algunos expertos reducen de 18.000 a 3.500 millones de dólares la multa que la EPA podría imponer al grupo alemán
El VW Jetta año modelo 2016 no ha podido iniciar en peor momento su andadura por los mercados mundiales, aunque, siendo Euro 6, no esté afectado por el fraude de las emisiones |
El escándalo saltó a los titulares de la prensa de todo el mundo cuando la Agencia estadounidense para la Protección del Medio Ambiente (EPA) anunció que tras comparar los niveles de emisiones que ciertos vehículos Golf, Passat, Bettle y Jetta de VW y A3 de Audi correspondientes a los años modelo 2009 a 2015, arrojaban en funcionamiento normal con los que la propia EPA había medido en laboratorio, había descubierto que las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) de los motores turbodiesel TDI de 2 litros de cilindrada que impulsaban a esos vehículos podían ser en el primer caso de entre 10 y 40 veces superiores a estas últimas y que al preguntar a Volkswagen si habían instalado en esos motores algún sistema que pudiera falsear las emisiones medidas en laboratorio, el fabricante alemán respondió que sí.
La reacción de la EPA fue llamar de inmediato a revisión a los 482.000 vehículos impulsados por ese motor que se habían vendido en EEUU para comprobar si falseaban sus emisiones al ser controladas éstas en un laboratorio. Inicialmente y partiendo de la base de que por cada uno de esos vehículos, si se comprobaba la existencia del sistema fraudulento VW podía ser sancionada con hasta 35.000 dólares, en el pero de los casos, si se sancionaba a todos los vehículos, la multa total podía llegar a 18.000 millones de dólares (unos 16.075 millones de euros al cambio actual) que es la cifra que circuló en grandes titulares por los medios de comunicación de todo el mundo.
Pero tras superar el primer impacto sensacionalista, los medios de comunicación han empezado ya a recoger cálculos hechos mucho más en frío por algunos expertos, cálculos que reducen notablemente esa cifra de 18.000 millones de dólares. En efecto, usando los baremos de multas que usan en la EPA y teniendo presente que las sanciones impuestas a otros fabricantes de automóviles en casos previos nunca se acercaron ni muchísimo menos al máximo establecido, esos expertos elevan la multa total a unos 3.500 millones de dólares. Está claro que, aunque la EPA aplique en este caso un coeficiente multiplicador en venganza por que el grupo VW les haya estado tomando el pelo desde 2009 hasta ahora, resulta muy improbable que la sanción final supere los 4.000 millones de dólares incluso en el caso de que los 482.000 vehículos a revisar sean sancionados.
Otra cosa es que como VW ha dicho que hay 11 millones de motores en todo el mundo propulsados por los motores del tipo EA 189, incluyendo las marcas VW, Audi, Seat y Skoda, al final los de la EPA descubran que en lugar de 482.000 son muchos más los vehículos que tienen que llamar a revisión.
Mientras todo el mundo anda pendiente de que VW publique la lista de las marcas, modelos y unidades que conforman esa cifra de 11 millones y los mercados en que se vendieron o venden, al grupo alemán no dejan de complicársele las cosas pues los periódicos alemanes Bild am Sontag y Frankfurter Allgemaine Sontagzeitung acaban de publicar que en Wolfsburg conocían el fraude al menos desde 2007, año en que Bosch, que fabrica los sistemas de inyección para los problemáticos motores, advirtió a VW de que su software de emisiones debía usarse sólo en los laboratorios de la compañía y no en el mundo real (Bild am Sontag) y, más recientemente, en 2011, un ingeniero de la compañía advirtió de que el software en cuestión estaba siendo usado indebidamente (Frankfurter Allgemaine Sontagzeitung). En VW consideran que esas noticias no son otra cosa que rumores y especulaciones que no deben ser tenidos en cuenta.
Ya a comienzos de la semana que ahora concluye, Bosch, un líder mundial de la industria de componentes y sistemas para el automóvil había subrayado que aunque había suministrado módulos diversos para la bomba de conducto común (common-rail) y el sistema de tratamiento de los gases del escape de los motores Diesel de VW, era ésta la responsable del ensamblaje de esos módulos en dichos motores.