• La cifra viene a sumarse a los 31 millones de euros de multa que le impuso en mayo de 2014 la NHTSA y a los 547 millones que se estima supondrán las indemnizaciones a las víctimas o sus familiares • Hay automovilistas afectados que no ven bien que el Ministerio de Justicia de EEUU haya suscrito el acuerdo por una cantidad un tercio inferior a la que exigió a Toyota en 2014 por el asunto de las aceleraciones repentinas • No obstante, GM aún tiene pendientes múltiples demandas relacionadas con el caso que originó la revisión de 2,6 millones de vehículos
Mary Barra, presidente ejecutivo de GM |
Algunas víctimas y familiares de ellas han manifestado su malestar porque la sanción impuesta a GM sea notablemente inferior a la que hace un año se impuso a Toyota por el caso de las aceleraciones repentinas que experimentaban en plena marcha algunos de sus vehículos, la cual ascendió a 1.200 millones de dólares, al tiempo que dicen no comprender que al final de todo el escándalo nadie de GM resulte sancionado por las autoridades con relación a este asunto que se ha demostrado que se conocía en la compañía desde al menos 2003, aunque otras fuentes hablan de 2001. A este respecto, Daniel Fisher, un periodista de Forbes, sugería la conveniencia ─visto lo visto─ de que se cree en GM el puesto de vicepresidente para ir a la cárcel en casos como éste en que las culpas se han quedado incomprensiblemente en niveles bajos de la escala jerárquica.
El origen del problema es que el sistema de contacto fabricado por Delphi para ciertos vehículos de GM tenía unos interruptores defectuosos que permitían que la llave de contacto cambiase sola desde la posición de marcha a la de garaje, dejando a los vehículos repentinamente sin airbags, sin servofrenos y sin servodirección.
A Mary Barra, la presidente de GM, le estalló el asunto en las manos apenas un mes después de que se hiciera cargo de la presidencia ejecutiva del fabricante de automóviles, convirtiéndose en la primera mujer que llegaba al cargo. Barra, que ha sido interpelada en varias ocasiones por una comisión del Congreso de EEUU en relación al problema, despidió a 15 empleados por una mala gestión del fallo mecánico y sus consecuencias y sancionó a otros 5, reconociendo públicamente que habían demostrado ser partícipes de una cultura de negligencia e incompetencia y comprometiéndose a no olvidar jamás lo que había sucedido.
Y entre lo sucedido figura la llamada a revisión en 2014 de 4,6 millones de coches, principalmente Chevrolet Cobalt y Saturn Ion fabricados entre 2003 y 2007. Para atender los costes de esa llamada a revisión y el pago de las indemnizaciones a las víctimas que determinase un fondo creado al efecto por el fabricante y gestionado por el abogado Kenneth Feinberg, GM reservó el año pasado 4.200 millones de dólares.
¿Trato de favor?
GM fue sancionada en mayo de 2014 con una multa de 35 millones de dólares por la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) por haber ocultado durante tanto tiempo el asunto a este organismo dependiente del Ministerio de Transporte de EEUU. Se trataba de la multa máxima que la NHTSA podía imponer, pero las sospechas sobre un trato de favor a GM en comparación con otros fabricantes de automóviles no estadounidenses se palparon en el ambiente cuando a primeros de 2015 la NHTSA encontró la manera de superar ese límite en la cuantía de las multas imponiendo a Honda dos sanciones de 35 millones de dólares cada una por los problemas relativos a los airbags defectuosos fabricados por el proveedor Takata que incorporaban muchos modelos de Honda.
Aunque GM ha conseguido resolver otro escollo muy importante con este acuerdo alcanzado con el Ministerio de Justicia de EEUU, el fabricante no puede dar por cerrado el tema, ya que aún tiene que afrontar 172 denuncias en EEUU y 9 en Canadá por muertos y heridos posiblemente causados por los dichosos interruptores defectuosos amén de afrontar 100 denuncias en EEUU y 21 en Canadá de propietarios de vehículos fabricados por la compañía que se consideran perjudicados por la pérdida de valor residual que en estos últimos ha originado el problema.
Por si fuera poco, GM confirmaba ayer mismo haber firmado un acuerdo de pre-entendimiento para indemnizar a otras 1.380 personas que habían denunciado a la compañía por muertes y heridas relacionados con los contactos defectuosos, lo que cubrirá cargando 575 millones de dólares en la contabilidad del presente trimestre, cantidad que, según parece, será utilizada en parte para indemnizar a distintos accionistas que denunciaron a GM en 2014 por la pérdida de cotización de sus acciones que el asunto originó.
Afortunadamente para la compañía, un juez había dictaminado hace unos meses que las reclamaciones contra GM no pueden ir más atrás de 2009, año en que ésta se declaró en quiebra, considerando que la actual GM no es la misma compañía que entonces suspendió pagos, por que si no, la lista de denuncias se habría hecho interminable.
Se estima que el fabricante de automóviles puede llevar acumulados hasta la fecha 1.500 millones de dólares sólo en multas e indemnizaciones civiles, sin incluir los costes de la revisión de aquellos 2,6 millones de vehículos que inició en 2014 y que es muy probable que esos 1.500 millones se incrementen mucho en los meses venideros. De hecho, en enero próximo, la compañía tendrá que afrontar ante un juez de Nueva York docenas de denuncias relacionadas con el problema aquí comentado y que fueron consolidadas en una sola.