• La propietaria de los camiones DAF, Peterbilt y Kenworth parece anticipar el efecto del temido final de la parte ascendente del actual ciclo económico
¿Son DAF y la crisis del mercado brasileño de camiones el origen de la sorprendente pérdida de valor bursátil de Paccar? |
Desde luego, otros fabricantes de camiones ya han apuntado la posibilidad de que la pujanza del presente ciclo económico esté próxima a agotarse. Así, en el mes de julio último, Jan Gurander, presidente en funciones del grupo sueco Volvo, al presentar los resultados financieros de éste en el segundo trimestre del presente año, subrayaba que la entrada de pedidos se había reducido un 19 por ciento en ese período en el mercado norteamericano, lo que Gurander interpretaba como un síntoma más de que se está llegando al pico superior del presente ciclo económico, algo podría corroborar el reciente descenso de la demanda de energía registrado en Estados Unidos.
Pero Paccar ya ha pasado a lo largo de su historia por decenas de finales de ciclos económicos sin que su valor bursátil se haya resentido de manera tan notable como ahora. Además, no podemos olvidar que el propio Gurander estimaba que la demanda de camiones pesados (más de 15,5 toneladas de peso total con carga) cerraría 2015 en 310.000 unidades, algo bastante probable si se tiene en cuenta que la entrada total de pedidos de este tipo de vehículos podría rondar las 300.000 unidades en el conjunto de los 12 últimos meses.
Teniendo en cuenta que en Norteamérica se suele estimar que el mercado de camiones goza de buena salud siempre que no baje de las 250.000 unidades de la Clase 8, la de los vehículos de más de 15,5 toneladas, y que las cifras todavía reflejan una demanda al alza, no se entiende muy bien el comportamiento a la baja de la cotización en bolsa de las acciones de Paccar.
Demanda récord en casi todos los mercados
En efecto, en unas recientes declaraciones, Ron Armstrong, presidente ejecutivo del holding estadounidense, subrayaba que el tonelaje de mercancía transportada en Estados Unidos se encontraba en estos momentos en niveles récord, y que en Alemania y el Reino Unido, dos de las principales economías europeas, la economía estaba creciendo.
Con sus marcas Peterbilt y Kenworth, Paccar tiene una cuota del 28 por ciento del conjunto de los mercados de Estados Unidos y Canadá. En Europa, la penetración de DAF llega al 15 por ciento y si el asunto de los refugiados no termina estallándonos en las manos a los europeos, la demanda de camiones pesados podría alcanzar las 250.000 unidades en el Viejo Continente. Luego tampoco parece que DAF pueda ser el origen de la baja cotización de las acciones de Paccar. ¿Entonces?.
Pues algo tiene que haber que no funciona en Paccar. Obsérvese que de ese 16 por ciento perdido en bolsa desde primeros de año, más de la mitad (11 por ciento) se ha perdido precisamente desde que Armstrong anunciase el 28 de julio último que Paccar había conseguido unos beneficios récord en el segundo trimestre del presente año. ¿Sorprendente, no?.
Algunos analistas norteamericanos señalan que la explicación de la fuerte caída del valor bursátil de Paccar en meses recientes podría ser culpa precisamente del mismo éxito del holding. Son muchos trimestres seguidos con beneficios récord o casi y los inversores podrían haber decidido vender sus acciones de Paccar en precios máximos, antes de que les pillen las vacas flacas. No es que se trate de una situación de pánico, pero cabe preguntarse por qué ahora y no en otro momento anterior o futuro.
Efectivamente, el hecho de que la caída de la cotización de las acciones de Paccar se haya acelerado bruscamente hace mes y medio, hace pensar en una posible psicosis vendedora de los inversores, tratando de hacer caja en las mejores condiciones posibles, pero a nosotros no hay quien nos quite de la cabeza que tiene que haber alguna otra explicación al fenómeno.
Maqueta de la fábrica de camiones DAF levantada por Paccar en la ciudad brasileña de Ponta Grossa |