jueves, 18 de septiembre de 2014

UN COMITE DEL SENADO DE EEUU "CRUJE" AL RESPONSABLE DE LA NHTSA

- Acusan a la agencia federal de incapacidad técnica para detectar el fallo de los Cobalt e Ion de GM y hasta insinúan connivencia con los fabricantes de automóviles


David Friedman, administrador adjunto
de la NHTSA
MADRID ─ Hace un par de días, un comité de la Cámara de representantes del Congreso de Estados Unidos, vapuleó a David Friedman, administrador adjunto de la National Highway Traffic Safety Administration, la agencia federal dependiente del Ministerio de Transporte que entiende en materia de seguridad de los vehículos de motor. Al pobre Friedman le llovían las críticas y acusaciones. Desde que los ingenieros de la agencia se habían quedado anticuados en sus conocimientos y que necesitaban una urgentísima puesta al día de los mismos, hasta que se habían encelado en 2009 y 2010 con la misteriosa aceleración repentina de algunos Toyota y no habían sido capaces de ver lo que estaba ocurriendo con los Chevrolet e Ion de General Motors (GM). Hasta alguno de los miembros del subcomité de defensa del consumidor del comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado estadounidense llegó a manifestar que daba la sensación de que la NHTSA hubiera estado trabajando a favor de los fabricantes de automóviles en lugar de a favor del usuario de éstos. Es que mientras nosotros tratábamos de encontrar la bolita, GM se dedicaba a escondernos la bolita, replicaba Friedman en medio del chaparrón que le caía encima.

Los senadores republicanos habían elaborado un informe de 44 páginas en que se recopilaban todos los gravísimos fallos que se habían detectado en la gestión que del problema de las llaves de contacto de 2,6 millones de vehículos de GM había hecho la agencia federal. Recomendamos al lector interesado en ampliar datos de este asunto que vaya a las entradas de esta web-blog tituladas Mary Barra: ¿Pardilla o aprovechada? (16.09.2014) y Megaproveedores... Megaconsecuencias (23.06.2014). Un par de senadores demócratas salieron en defensa de la NHTSA, pues no hay que olvidar que esta agencia federal depende del Ministerio de Transporte del gobierno del presidente Obama, y alegaron que el problema concernía exclusivamente a GM, pero la verdad es que a Friedman lo crujieron, como se dice coloquialmente.

En el referido informe se criticaba a los ingenieros de la NHTSA por haber demostrado de manera patente que no tenían ni idea de cómo funcionan los dispositivos modernos de seguridad pasiva (airbags), que se había perdido una oportunidad de oro para atajar el problema mucho antes, al pasar por alto un informe de la policía de Wisconsin que ya en 2007 señalaba que los airbags no se habían inflado y que la llave de contacto se había desplazado a la posición de parado en un accidente sufrido por un Chevrolet Cobalt en el que fallecieron dos quinceañeros, que en la agencia faltaba precisión y rigor.

Hay que señalar que el pobre Friedman, cuyo cargo oficial sigue siendo el de administrador adjunto de la NHTSA, se hizo cargo temporalmente de llevar la agencia a primeros del presente año, después de que a finales de 2013, el anterior administrador de la NHTSA, David Strickland dimitiera para marcharse a la empresa privada, concretamente a un gabinete de abogados llamado Venable.

Al estallar el escándalo de los coches defectuosos de GM ─contra la que ya se han presentado 131 demandas por víctimas mortales derivadas de accidentes en que la llave de contacto de los vehículos Cobalt  e Ion se iba sola a la posición de parado, anulando sistemas tan importantes como los airbags y más del triple por heridas─ en febrero último, Friedman se hizo cargo provisionalmente del puesto de máxima responsabilidad, quedando como administrador en funciones de la NHTSA.

No encuentran quién se haga cargo de la NHTSA

Pero en medio de la tormenta, está claro que Anthony Foxx, secretario (ministro) de Transporte de la administración Obama, no tiene nada fácil encontrar a alguien dispuesto a ser administrador de la NHTSA. De hecho, a Friedman le ha concluido el plazo de 210 días durante el cual se puede legalmente desempeñar un cargo en funciones en Estados Unidos, con lo que Friedman ha vuelto a ser simplemente administrador adjunto de la NHTSA. Foxx asegura que trabaja intensamente en la búsqueda de la persona adecuada pero sí, sí...


Mary Barra, presidente de GM,
durante una de sus declaraciones
ante el Senado
Para colmo de males, tras la renuncia del anterior administrador de la agencia, David Strickland, y su incorporación a Venable, se ha sabido que este gabinete trabaja habitualmente para diversos lobbies de la industria estadounidense del automóvil como es el caso de la Alianza de Fabricantes de Automóviles, la Asociación Nacional de Subastas de Automóviles y la Asociación Nacional de Financieras del Automóvil. Es natural pues, que entre los ciudadanos de a pie se hayan difundido sospechas respecto a la ecuanimidad con que la NHTSA ha podido estar llevando la vigilancia de la seguridad de los automóviles en la última década.

Eso sí, inasequible al desaliento, David Friedman aprovechó la oportunidad para criticar que el Congreso hubiera hecho oídos sordos a las demandas que la NHTSA ha venido haciendo en años recientes para que se aumenten sus recursos y plantilla y para que se eleve su capacidad sancionadora de los 35 millones de dólares (unos 27 millones de euros al cambio actual) a 300 millones de dólares.