- Cinco de sus altos ejecutivos han dejado Renault, Infiniti y Nissan en poco más de un año
Andy Palmer deja Nissan para dirigir Aston Martin |
MADRID ─ Andy Palmer dejará su puesto de vicepresidente de Nissan y brazo derecho de Carlos Ghosn para convertirse dentro de unos meses en presidente ejecutivo de Aston Martín, la legendaria marca británica de coches deportivos y de lujo. Palmer, un ingeniero británico que llevaba 23 años en la compañía japonesa, a la que había llegado desde el grupo Rover, se convertirá, tras un cierto período para ceder los trastos en Nissan, en presidente ejecutivo de Gaydon, la compañía que fabrica en Inglaterra los Aston Martin. Hasta ahí, la noticia no tendría más relevancia que la de todo nombramiento de un directivo de alto nivel, pero hay otros elementos que han hecho pensar que algo puede no estar yendo muy bien en la compañía japonesa.
En primer lugar, el paso del puesto que hasta ahora desempeñaba en Nissan, una firma que vendió 5 millones de vehículos en 2013, a Aston Martin, que vendió poco más de 4.000 unidades en ese mismo año, no puede decirse que sea estrictamente un cambio de cola de león a cabeza de ratón, sino, lo que es peor, de cuello de león a cabeza de ratón. Desde luego, tras un acuerdo con Daimler para el suministro de motores a Aston Martin que podría ampliarse a otras tecnologías y el compromiso de los propietarios de esta última, los fondos de inversión kuwaití Investment Dar y el italiano Investindustrial, propietarios de la marca británica, de apoyar el desarrollo de producto y las ventas, Palmer no se aburrirá en su nuevo cargo, que algunos ven, sin embargo, como la etapa final de su carrera profesional, pese a que Palmer sólo tiene 51 años.
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Aunque en el caso de Palmer reina hasta ahora la discreción habitual, las circunstancias de su cambio hacen pensar a algunos expertos que el británico también podría haberse visto forzado a abandonar la compañía al ser rechazados por Ghosn sus puntos de vista o sus peticiones. ¿Se ha repetido en el caso de Palmer una situación similar a la de Tavares o a la de Andreas Renschler y Dieter Zetsche en Daimler?
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Ante una contingencia no favorable
Es natural que con este rosario de fugas más o menos forzadas o conseguidas por la competencia a golpe de talonario, en medios industriales y financieros se haya empezado a pensar que algo no va bien en Nissan. Los objetivos de venta no se están cumpliendo como deberían y parece que las cuentas financieras marchan por debajo de las previsiones. La apuesta de la compañía japonesa por el coche eléctrico en 2009 ha sido muy arriesgada y aunque el propio Palmer no se cansaba de decir últimamente que ya habían logrado vender más de 120.000 unidades del Leaf, de lo que no decía nada era de que el objetivo inicial de ventas del Leaf era de un millón y medio de unidades en 2016. Infiniti tampoco ha conseguido un volumen de ventas comparable a los de rivales como Lexus, la marca de lujo de Toyota, o BMW.
Es cierto lo que también esgrimía Palmer que el Leaf y la apuesta de Nissan por los coches eléctricos habían supuesto una importantísima aportación para la imagen de la marca, pero, desgraciadamente, eso es un valor intangible, difícilmente reflejable en la cuenta de resultados, a diferencia del dinero que la firma nipona lleva gastado en ese proyecto.
Por ahora, Carlos Ghosn seguirá dirigiendo con mano de hierro la alianza Renault-Nissan |
¿Es Ghosn el directivo mejor adaptado para la contingencia que ahora parece abrirse ante Nissan? El tiempo lo dirá. Ghosn tiene 60 años; es un directivo joven que, si supera la nueva contingencia, puede tener cuerda para rato en la firma nipona. Claro que a Ghosn también pueden surgirle contingencias desde el lado francés de la Alianza Renault-Nissan. De momento, el brasileño maneja esa alianza con mano de hierro; una mano que, al parecer, tiene filo y corta.