🔸 Ausencias muy notables que están siendo aprovechadas por los fabricantes turcos de autocares y autobuses para desembarcar en España o reforzar su presencia en nuestro mercado
MADRID ─ Mientras recorro por la pasarela mecánica que reduce el trayecto y el esfuerzo de trasladarse de la puerta Sur del recinto ferial de Madrid (IFEMA) hasta casi la puerta Norte de dicho recinto para asistir a la edición 2022 Feria Internacional del Autobús y el Autocar, instintivamente retrocedo mentalmente a la edición anterior, celebrada hace cuatro años... Mi memoria rectifica enseguida: no son cuatro sino cinco los años transcurridos ya que la edición previa tuvo lugar en 2017. Desde entonces, la evolución de la demanda de vehículos para transporte colectivo de viajeros y la pandemia COVID-19 se han encargado de demorar largamente una nueva edición del certamen español, considerado como uno de los más importantes que en ese sector de actividad se celebraban en Europa.
Quizá para corroborar esa idea del elevado nivel que había llegado a alcanzar la FIAA, mis neuronas me traen a la cabeza que en un comunicado distribuido un par de días antes por la Confederación Española de Transporte en Autobús (CONFEBUS) se resaltaba la importancia del sector de transporte de viajeros por carretera señalando que, solo en España, el mismo está integrado por 2.810 empresas, que transportan a más de 3.100 millones de viajeros al año, con una facturación de 6.000 millones de euros, y que genera 95.000 puestos de trabajo; una industria, que cuenta con 41.475 vehículos y que logra conectar a más de 8.000 poblaciones.
Al acometer el último tramo de pasarela mecánica que me ha llevado al pabellón nº 9 del recinto ferial, mi mente vuelve al momento actual al sopesar que aunque el pabellón 9 es un gran pabellón, se trata de un solo pabellón, lo que indica que la FIAA 2022 ha retrocedido sensiblemente en superficie ocupada respecto a la edición 2017 y anteriores del certamen. Y al tiempo que el lector de códigos QR que da acceso al pabellón 9 reconoce el que figura en mi pase de prensa, no puedo evitar que me asalte una gran inquietud pensando en qué es lo que me voy a encontrar allí dentro.
Tras un rápido recorrido perimetral del pabellón 9 descubro que, pese a que la superficie de este se encuentra en la práctica totalmente cubierta ─hasta el punto de que en algunos stands el material expuesto está metido con calzador para aprovechar al máximo el espacio contratado─ detecto notables ausencias: no han venido ni MAN, ni Volvo, ni Scania y tampoco los grandes representantes (Irízar, Beulas, Sunsundegui, etc.) del sector carrocero español, lo que pone en evidencia que el COVID-19 ha golpeado muy duramente al sector del transporte colectivo de viajeros en España.
Todas esas ausencias han sido cubiertas en parte gracias al desembarco en tromba en el mercado español del la industria turca de fabricación de autocares y autobuses (Otokar, BMC, Anadolu Isuzu, Karsan, TEMSA...). Vamos que, si no es por los turcos, de seguro que la FIAA tampoco habría abierto sus puertas en 2022.
Otra cosa que nos sorprende es que, en estos momentos de crisis energética e imposición política de la movilidad ecológica, con los precios del gas natural y la electricidad por las nubes, los vehículos expuestos llevaban por lo general solo cadenas cinemáticas movidas por combustibles alternativos como gas natural comprimido (GNC), biogás, electricidad, pilas de combustible de hidrógeno e híbridas, cuando aún no existe en Europa una infraestructura mínima, mucho menos en nuestro país, para recargar baterías y mucho menos aún de suministro de hidrógeno.
Si bien en las flotas municipales será más factible disponer de una infraestructura de recarga eléctrica en las bases de dichas flotas, está claro que para los autocares de servicios discrecionales o los autobuses de líneas interurbanas regulares de larga distancia lo de disponer de una infraestructura de recarga eléctrica todavía es solo un sueño.
La desconexión con la realidad presente se ve acentuada hasta niveles entre fantásticos y de ciencia ficción, por la presencia en la FIAA de algunos autocares o autobuses autónomos (autopilotados). Si lejana está la generalización de las cadenas cinemáticas eléctricas puras o de pila de combustible, aún más nos parece que lo está la implantación de la conducción autónoma en los autocares y autobuses.
En el ámbito del transporte de mercancías y exceptuando el reparto urbano de media docena de pizzas u otros servicios similares, la conducción autónoma sigue aún en una fase experimental y aunque se han hecho grandes avances, para los vehículos pesados seguimos limitados todavía a los trayectos hub-to-hub no demasiado largos y cerrados al tráfico normal. En lo que se refiere al transporte de personas, dada la sensibilidad de la carga en caso de producirse un accidente, se está aún más lejos de una verdadera conducción autónoma que en el transporte de mercancías.
En próximos artículos informaremos a los lectores de este blog de lo más destacado entre los vehículos expuestos en la FIAA 2022 por los fabricantes de autocares y autobuses que acudieron al certamen.