🔸 Un vehículo experimental pero totalmente operativo que iba impulsado por una turbina de 506 caballos netos de potencia y en el que el diseño de su cabina también supuso un atractivo importante
Actualizado el 31.05.2020 a las 14:40 horasMADRID ─ En este nuevo artículo de la serie Camiones con motor de turbina, vamos a recordar el Ford Big Red (Ford Gran Rojo) que esta compañía presentó en la Feria Mundial de Nueva York de 1964, la misma en que su rival General Motors presentó su camión de turbina Bison. No se pierda el lector los dos vídeo que sobre el Ford Big Red se incluyen al final de este artículo.
El Big Red iba propulsado por una turbina desarrollada inicialmente por la propia Ford para la Navy (la marina de Estados Unidos) que daba 600 caballos de potencia bruta (560 caballos de potencia neta) a 3.080 revoluciones por minuto. Se anunciaba que el vehículo podía mantener velocidades de crucero de 70 millas por hora (casi 113 kilómetros por hora), y que sus depósitos de 280 galones (1.060 litros) que otorgaban al Big Red una autonomía de 600 millas (1.066 kilómetros), lo que significaba un consumo de nada menos que de unos 99 litros cada 100 kilómetros. Resulta obvio señalar que la pobre eficiencia del combustible fue uno de los factores que conducirían al fracaso a los motores de turbina como propulsores de automóviles.
Los experimentos de Ford en el campo de las turbinas habían comenzado mucho antes de que el Big Red fuese expuesto en la Feria de Nueva York de 1964. Concretamente, en 1952, aunque la producción de la primera turbina tendría lugar un poco después, en 1955. Esta turbina sería montada en un coche.
El Big Red no fue el primer camión Ford propulsado por un motor de turbina, ya que en 1956 se instaló uno, probablemente de 300 caballos, en un camión Ford C-1100, un tractocamión 6X4 que, a raíz de serle montada esa turbina, pasó a ser denominado CT-1100. Pese a los esfuerzos realizados, casi no hemos conseguido información de este vehículo. Sabemos que en 1971 fue cedido por el fabricante estadounidense al Museo Nacional de Transporte de San Luis, junto al río Missisipi, en el estado de Missouri, donde aún se conserva. Nos hemos puesto en contacto con este museo para ver si nos pueden facilitar más información del Ford CT-1100 pero hasta ahora no hemos recibido respuesta.
Un megatruck de hace más de 55 años
Volviendo al Big Red, se trataba de un tractocamión de tres ejes que, curiosamente, llevaban todos ellos ruedas sencillas, aunque los dos ejes traseros conformaban un eje tándem. Este tractocamión tiraba de dos semirremolques que iban unidos entre sí por un dolly de dos ejes. En realidad, esos semirremolues eran sendos contenedores de 40 pies (12 metros). El peso máximo de esta combinación ascendía a 170.000 libras (77.111 kilos).
Al abrir la puerta de la cabina del Ford Big Red salía de manera automática una escalerilla por la que podían subir al vehículo el conductor y su acompañante |
La longitud total del conjunto tractora más los dos semirremolques ascendía a 29,26 metros: la longitud de la tractora era de 6,02 metros y su anchura de 2,44 metros. La altura libre sobre el suelo era de 19,7 centímetros. La forma cóncava de la parte posterior de la cabina dejaba 60 centímetros de distancia de acoplamiento al primero de los semirremolques (contenedores).
La turbina 705 usada en el Big Red era, según parece, una turbina doble o, quizá mejor, una turbina de dos fases, que daba la potencia máxima a 36.600 revoluciones por minuto, un régimen de giro que era rebajado mediante engranajes planetarios a las 3.080 revoluciones mencionadas al principio de este artículo, que eran las que en realidad llegaban a la transmisión, la cual se encomendaba a una caja automática Allison de cinco velocidades adelante y una atrás con retardador hidráulico incorporado y convertidor de par con bloqueo automático del embrague para las cinco marchas adelante.
En el puesto de conducción de su Big Red, Ford prefirió conservar el volante tradicional, a diferencia de los complejos sistemas que General Motors había usado en sus modelos Bison y Turbo Titan III |
La cabina, construida en fibra de vidrio pretendía ofrecer al conductor y su acompañante un segundo hogar. Era tan espaciosa que se cuenta que, durante su construcción habían llegado a trabajar en su interior hasta seis operarios al mismo tiempo. Su altura permitía que las personas pudieran pasear de pie y sin agacharse dentro de la cabina.
Como había pasado en otros camiones de turbina de la época como el arriba mencionado Bison y el Chevrolet Turbo Titan III, los ingenieros se esforzaron mucho en dotar al interior de la cabina de todo tipo de comodidades: dos equipos de aire acondicionado (uno para cada lado de la cabina), calefacción, cocina, frigorífico, televisor, lavabo, inodoro con incinerador, etc., etc. Eso sí, a diferencia de los vehículos de turbina de General Motors, el Ford Big Red, mantuvo el volante tradicional de la dirección.
El interior de la cabina del Ford Big Red era muy espacioso y estaba dotado de todo tipo de comodidades |
Para que el lector pueda ver al Ford Big Red en funcionamiento, ponemos a su disposición dos vídeos de este sorprendente camión con motor de turbina. El primero es en blanco y negro y el segundo en color. Desgraciadamente, la banda sonora está en inglés en ambos casos pero las imágenes se explican por sí mismas.
Que los disfruten.