jueves, 28 de diciembre de 2017

GEELY SE CONVIERTE EN EL MAYOR ACCIONISTA DE VOLVO TRUCKS

La compañía china, que ya era propietaria de Volvo Car, adquiere el 8,2 por ciento del capital de Volvo AB, aunque descarta una reunificación de ambas ramas de Volvo


No está claro el sentido de la entrada del holding chino
Geely en el capital del grupo sueco Volvo AB
MADRID ─ El holding chino Geely, propietario de Volvo Car, el fabricante sueco de coches, ha comprado al grupo inversor sueco Cevian un paquete de acciones de Volvo AB, el constructor sueco de vehículos industriales, maquinaria y motores, equivalente al 8,2 por ciento del capital de este último, que, a precios de mercado, representa unos 3.250 millones de euros, aunque ninguna de las partes ha precisado el monto real de la transacción. Pese a convertirse en el primer accionista, Geely sólo será el segundo en cuanto a derechos de voto, con un 15,6 por ciento, por detrás del grupo inversor sueco Industrivarden. Fuentes de Geely han asegurado que la operación no pretende reunificar las ramas de turismos y vehículos industriales Volvo.


Volvo Car fue segregada del grupo Volvo en 1999, siendo vendida a Ford que, a finales de marzo de 2010,  se la vendería a Geely, tras seis meses de negociaciones en las que los americanos descartaron otras ofertas que competían con la de la compañía china.

Según Christian Gardell, cofundador de Cevian y un conocido activista financiero, principal promotor del plan de saneamiento económico que Volvo AB ha venido llevando a cabo en estos últimos años y entre cuyos frutos podría citarse el aumento en un 50 por ciento de la cotización de sus acciones en la bolsa de Estocolmo en 2017, la operación ha sido una iniciativa de Geely.
El grupo inversor sueco Cevian se ha mostrado
partidario en varias ocasiones de segregar la actividad
de construcción de maquinaria para obras y motores
marinos e industriales del negocio de los camiones y
autobuses Volvo

¿Qué pretende Geely?

Ahora, la cuestión es qué pretende Geely con esta entrada en el capital de Volvo AB. Aunque se está especulando con las sinergias que podrían conseguirse en el campo de los camiones autopilotados con la aportación de la tecnología que en este frente han desarrollado tanto Volvo Car como la propia Geely, no parece que sea esa la principal motivación del grupo chino para llevar a cabo esta entrada en el capital de Volvo AB.

Parece más lógico enfocar el asunto con el prisma de los vehículos industriales pues no debemos olvidar que desde 2013 Volvo AB es el propietario del 45 por ciento de Dongfeng Commercial Vehicles, un fabricante chino de camiones, y que su división Volvo Construction Equipment (Volvo CE) tiene una compañía filial, Shandong Lingong Contruction Machinery (SDLG) a la que hace tres años transfirió toda la producción de palas cargadoras con retroexcavadora y motoniveladoras que hasta entonces construía en Wroclaw (Polonia), Shippensburg (EEUU) y Pederneiras (Brasil).

Estando claro que China será el motor de la economía mundial en las próximas décadas, es lógico suponer que Geely quiera estar también en esos dos frentes del vehículo industrial. Tampoco cabe descartar que la maniobra china tenga como objetivo hacerse con las divisiones Volvo CE y Volvo Penta, fabricante esta última de motores industriales y marinos. Precisamente, Christer Gardell se ha manifestado en diversas ocasiones a favor de una segregación de ambas del negocio principal de Volvo AB: los camiones y autobuses.


Geely podría estar interesado más en los camiones chinos
Dongfeng, de los que Volvo AB controla el 45 por ciento,
que en los propios camiones Volvo
Menos probable es que la entrada de Geely en el capital de Volvo AB se haya hecho para facilitar el desembarco en Europa y otros mercados occidentales de los propios camiones Dongfeng. Es cierto que éstos han acudido a las dos últimas ediciones del Salón de Vehículos Industriales de Hanóver (IAA), pero su presencia, al menos desde nuestro punto de vista, parecía ser sobre todo una cuestión de imagen, sin demasiadas ambiciones comerciales. No es fácil para los fabricantes orientales de camiones pesados el desembarco en los mercados occidentales. La coreana Hyundai lleva años acariciando la idea sin que hasta ahora haya conseguido nada.