viernes, 9 de junio de 2017

RECUERDOS DEL TRASTERO: SAURER KÄSSBOHRER DE 1911, EL PRIMER AUTOBÚS DEL MUNDO

El Saurer Kässbohrer de 1911, considerado como el primer autobús del
mundo, iba propulsado por un motor de gasolina con cuatro cilindros

Este año se conmemora el centenario del autobús que 40 años más tarde daría pie al nacimiento de la marca Setra


MADRID ─ Fue hace 100 años, en febrero de 1911, cuando Kässbohrer llevó a cabo su primer paso en el campo de la construcción de autobuses, con el primer vehículo de transporte público que prestaba su servicio en Ulm, concretamente cubriendo el trayecto de ida en vuelta entre la plaza de la Catedral de esta ciudad alemana situada al sur del punto en que el río Iller desemboca en el Danubio y la cercana abadía benedictina de Wiblingen que hoy es una basílica y donde también se encuentran diversos departamentos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ulm. El trayecto de 10 kilómetros era recorrido en 25 minutos y Kässbohrer construyó aquel autobús sobre un chasis Saurer (más fotos a continuación).

Pero retrocedamos un poco en el tiempo y vayámonos a 1893, que es cuando Karl Henrish Kässbohrer abre en Lautenberg, en los arrabales al norte de Ulm, en lo que era entonces el Alto Karls Street, cerca de las líneas de tren Ulm-Stuttgart y Ulm-Aalen / Ellwangen, una empresa para construir y reparar carruajes de lujo a la que dio el nombre de Kässbohrer Fahrzeugwerke GmbH. Es allí de donde, en 1907, sale el primer autobús construido por Kässbohrer, aunque en realidad no se podía hablar propiamente de tal autobús ya que era un vehículo que de viernes a sábado se empleaba para transportar cerveza y los domingos para llevar viajeros.

El conductor iba en su propia cabina, independiente del pasaje
El verdadero primer autobús Kässbohrer fue construido, como decíamos al comienzo, en 1911 sobre un chasis de camión Saurer movido por un motor de gasolina de cuatro tiempos y con cuatro cilindros que tenía una cilindrada de 5.330 centímetros cúbicos y que daba una potencia que unas fuentes sitúan en 30 caballos y otras en 40.

La carrocería era bastante avanzada para la época y, contrariamente a lo habitual entonces, el conductor disponía de su propia cabina, aislado del pasaje. Tenía capacidad para 10 pasajeros sentados y 10 más de pie y podía alcanzar una velocidad de 45 kilómetros por hora.

Vista del motor de gasolina con cuatro cilindros que movía
al autobús construido por Kässbhorer sobre chasis Saurer
Al fallecimiento de su padre en 1922, sus hijos Karl y Otto se hicieron cargo de los negocios de la empresa que había creado aquél y en 1928 construían en Metzingen un vehículo para transportar 9 pasajeros usando la combinación de un remolque y un autobús.

Fructífera colaboración con Mercedes-Benz

En cooperación con Mercedes-Benz, compañía con la que habían trabajado anteriormente en múltiples ocasiones preparando diversos chasis para turismos, los hermanos Kássbohrer construyeron en 1935 unos autocares aerodinámicos desarrollados especialmente por ellos para la Compañía Alemana de Ferrocarriles, usando bastidores Daimler-Benz.

Estos autocares iban a ser utilizados en los servicios regulares de las nuevas autopistas del país y se suponía que debían mantenerse a una velocidad media de 100 kilómetros por hora, alcanzando una velocidad máxima de 130 kilómetros por hora. Para lograrlo, Daimler-Benz equipó el chasis con una transmisión especialmente cambiante y neumáticos de alta velocidad. Estos autocares también se utilizaron para dar servicio entre Leipzig y Berlín.

El Saurer Kässbohrer de 1911 cubría la línea entre la abadía
benedictina de Wiblingen y la ciudad de Ulm
También en colaboración con Mercedes-Benz, Kässbohrer construiría en 1938 un autobús de cuatro ejes que fue considerado entonces como el autobús más grande del mundo. Y así proseguiría la evolución del carrocero hasta que en 1951, en el Salón del Automóvil de Francfort, fue lanzado un revolucionario autobús con carrocería autoportante al que se llamó Setra S8. Pero ese es otra historia.