viernes, 27 de mayo de 2022

AMO DE LAS CUMBRES: RESTAURADO EL INCREÍBLE "ZORRO SEMIORUGA", UN MUY PARTICULAR "BULLI" DE VOLKSWAGEN

🔸 Se trata de un furgón T1 con cuatro ejes: dos delanteros orientables con ruedas gemelas y dos traseros con transmisión por cadena

Tras un breve período de vida como un Bulli normal, el vehículo fue
transformado en un vehículo alpino de cuatro ejes con la mayor
capacidad todo terreno que nadie había podido imaginar
MADRID ─ Nos llegan noticias de que el departamento de vehículos clásicos de Volkswagen Vehículos Comerciales ha culminado recientemente la restauración de un peculiarísimo vehículo. Se trata de un furgón de la gama T1, gama conocida popularmente como Bulli,  Bully o VW Bus, pero un modelo muy muy particular, hasta el punto de que en la propia Volkswagen Vehículos Comerciales dicen de él que, en términos de ingeniería, es probablemente el T1 más raro de la historia. El vehículo en cuestión se fabricó en mayo de 1962 en la planta que VW tiene en Hannover y luego se envió a su comprador en Austria. Después de un breve período de vida como un T1 normal, el vehículo fue transformado en este país de la mano de un ingenioso mecánico vienés de Volkswagen en un especialista alpino: Kurt Kretzner convirtió el Bulli original en un T1 con cuatro ejes, dos de ellos equipados con un mecanismo de transmisión por cadena. y dos dirigiendo el vehículo usando neumáticos dobles. Y así creó lo que probablemente sea el Bulli con mayor capacidad todoterreno que jamás se haya visto en las laderas de las montañas de este mundo.

Después de quitarle toda la capa de pintura naranja que se le dio en
la primera transformación, la carrocería recibió un baño cataforético
Fuentes históricas aseguran que Kretzner, que era un gran esquiador, se dio cuenta de que en las regiones montañosas de Austria había escasez de camionetas con capacidades todoterreno de alto nivel y que al mismo tiempo fueran fáciles de conducir por cualquier persona y, sin embargo, pudieran escalar hasta el prado alpino más alto. Un ayudante ideal para todos: cuidadores de refugios de montaña, cazadores, silvicultores, médicos, ingenieros de mantenimiento de telesillas, antenas de radio y televisión, tuberías y similares, escribió más tarde Kretzner en el folleto de promoción de su Half-track Fox (Zorro semioruga). Al principio, miré a mi alrededor, pero no pude encontrar el vehículo con el que estaba soñando. Así que decidí construirlo yo mismo, recordaba Kretzner. Tal y como Ferry Porsche (hijo de Ferdinand Porsche) dijo e hizo una vez, así lo hizo también Kurt Kretzner. El inventor pasó más de cuatro años diseñando y construyendo su vehículo alpinista. Al parecer, se construyeron dos Zorros en el período hasta 1968, pero cuando llegó el tercero, la producción se interrumpió. Afortunadamente ha sobrevivido uno de ellos.

Los dos ejes delanteros, direccionables, llevan ruedas gemelas
Lo que el mecánico vienés metió bajo la carrocería color naranja de aquel Bulli fue, en la parte delantera, un doble eje direccional con neumáticos gemelos de 14 pulgadas de banda de rodadura rugosa y, en la parte trasera, otro doble eje con transmisión por cadena. Las cadenas iban montadas sobre llantas de 13 pulgadas y una construcción de diseño propio hecha de elementos de aluminio con tacos de goma de dos centímetros de espesor para salvar el asfalto. Como resultado de la doble dirección del eje delantero, el radio de giro era de menos de 10 metros, por lo que el vehículo casi podía girar dentro de su propia circunferencia. Cada rueda estaba equipada con un freno. Un diferencial de deslizamiento limitado automático aseguraba una propulsión hacia adelante distribuida uniformemente incluso sobre nieve profunda. El T1 obtuvo su potencia para esto de su motor plano estándar de 25 kW / 34 caballos con una cilindrada de 1.192 centímetros cúbicos. El Half-track Fox alcanzaba una velocidad máxima de 35 kilómetros por hora, solo un poco más lento que el miembro del reino animal del que obtuvo su nombre.

Para simplificar la conducción, el inventor del vehículo solo envolvió
con las cadenas los dos ejes posteriores, en los que mantuvo las
ruedas simples como muestra la fotografía
Kurt Kretzner quería construir un vehículo con orugas que fuera muy fácil de manejar. Precisamente por esta razón, el mecánico vienés optó por una construcción semioruga (con cadenas solo en los ejes tractores) y una dirección casi estándar, aunque de doble eje, en lugar de meter cadenas para todos los ejes como si fuera una excavadora. Y así es también como el inventor solía promocionar el Half-track Fox: El nuevo Half-track Fox, ideal y fácil de conducir, que te permite dominar con seguridad y comodidad todos los terrenos difíciles. La nieve, la arena, el suelo pedregoso, los prados de montaña, los pequeños arroyos y los bosques se pueden recorrer en este vehículo, decía.

En la transformación inicial, Kurt Kretzner respetó casi por completo
el interior del vehículo
La verdad es que, con el paso de los años, el Half-track Fox fue dejando poco a poco de verse. En 1985, fue visto por última vez en Viena y, al comienzo de la década de 1990, fue comprado por el Museo Porsche en Gmünd (Baja Austria). Después y sin que se conozcan los detalles, el Half-track Fox pasó a manos de la Bullikartei e.V., una sociedad de amigos de la primera generación del Bulli. En 2005, se hizo un primer intento de restaurar este vehículo alpino tan especial. Sin embargo, al estar los miembros de la sociedad 
Bullikartei e.V. repartidos por toda Austria, lamentablemente no fue posible por razones logísticas completar la restauración.

Tras un intento fallido de restaurar el Half-track Fox que se llevó a
cabo en 2005, el vehículo llegó en 2018 a la colección de clásicos de
VW Vehículos Comerciales, donde se acometió su restauración, labor
que ha concluido recientemente
A finales de 2018, el vehículo pasó a formar parte de la colección de clásicos de VW Vehículos Comerciales donde inmediatamente se marcaron el objetivo de conseguir que el Half-track Fox volviera a funcionar. Siguiendo el lema Erinnern - Erleben - Erhalten (Recordar - Experimentar - Conservar), los expertos en vehículos clásicos de la compañía alemana iniciaron un minucioso proceso de restauración. La carrocería de 60 años fue, como se hace en todas las restauraciones de fábrica en Hannover, despojada de su pintura, reparada, recibió una capa de cataforesis y se volvió a pintar en un tono naranja muy parecido al original. Naranja mate, de hecho. Este tono se había elegido en el pasado con la intención de que el Half-track Fox fuera reconocido de lejos en el campo.

En la restauración del interior del habitáculo el equipo de clásicos de
VW Vehículos Comerciales ha dado rienda suelta a su creatividad
El equipo de vehículos clásicos de VW Vehículos Comerciales también recuperó la mecánica, dejándola como nueva, al igual que el interior, dando rienda suelta en este a su creatividad, ya que no había especificaciones que fueran muy claras. Las partes de madera de haya y pino se adaptaron individualmente al espacio interior del Half-track Fox y se instalaron prácticos portaherramientas. En febrero de 2022, llegó por fin el momento deseado: el Half-track Fox volvió a dejar sus huellas sobre la nieve. Y lo hizo, de hecho, con una capacidad cuesta arriba inusualmente buena, pues tras la profunda restauración del T1 de cuatro ejes, el equipo de vehículos clásicos de VW Vehículos Comerciales pudo ver por sí mismo que era más probable que fuese el conductor el que capitulara en alguna subida empinada a que lo hiciera el Half-track Fox.