🔸 El constructor británico fue el que más se aproximó en Europa a la construcción en serie de su camión de turbina: fabricó seis unidades
El motor de turbina de gas desarrollado por Leyland para su camión de 1966 tenía una potencia de 350/400 caballos |
Teóricamente, el proyecto para el desarrollo de este camión había comenzado en 1967, a raíz de que Leyland comprara Rover, una compañía que llevaba desde los años 50 trabajando en la aplicación de la turbina de gas a los automóviles, habiendo construido algunos coches movidos por esta tecnología.
Vista del chasis y los órganos mecánicos del camión Leyland de turbina |
El motor tenía un compresor centrífugo de un solo lado accionado por una rueda de turbina de una sola etapa, mientras que detrás de esto, una turbina independiente iba acoplada a un eje de salida que conducía directamente a un conjunto de engranajes reductores disminuían las 30.000 rpm a que giraba la turbina a solo 3.000.
Cambio automático
De ahí, la potencia era dirigida a una caja completamente automática de cinco velocidades que utilizaba accionamiento hidráulico en lugar de neumático para la selección de marchas. El conductor, además de tener un selector de marcha atrás, contaba con una especie de selector de gana que le permite escoger bajo para un rendimiento máximo o alto para una mejor economía de combustible.
El camión de turbina de Leyland había sido pensado para mover conjuntos articulados de 38 a 40 toneladas de peso total |
Simplificando el mantenimiento
Para lograr bajos costos de mantenimiento, Leyland había diseñado su turbina para que los elementos principales de ésta pudieran retirarse sin necesidad de desmontar todo el motor. Dentro de la prevista vida de 12,000 horas, la cámara de combustión y los sellos del intercambiador de calor podían llegar a necesitar ser reemplazados, pero el mantenimiento rutinario se limitaría a cambiar los filtros de aire y combustible e inspeccionar y posiblemente limpiar el encendido (bujía) y el rociador de combustible.
Leyland también construyó este Super-Comet con una turbina de 150 caballos de potencia. El vehículo resultó destruido por un incendio que se produjo en diciembre de 2011 |
Leyland pensaba que su camión de turbina podría tener una gran aceptación en los largos trayectos propios de Australia y Sudáfrica, que eran dos de los países seleccionados para someter a prueba a su nuevo vehículo.
Sin embargo, como les había ocurrido a otros fabricantes de camiones que también acometieron la aventura de la turbina de gas, el desarrollo de los motores Diesel de cilindros se movía cada vez a más velocidad y para que la turbina hubiera podido alcanzar un desarrollo equiparable, habría sido necesario detener le evolución de los motores Diesel de cilindros: una situación similar a la que ahora vivimos y en la que se va a sacrificar al motor Diesel para que la electromovilidad pueda superarle.
Y, a continuación, los vídeos prometidos.
¡Que los disfruten!.