- Con la excusa de no eclipsar la aportación de la mujer a la historia de EEUU, la presidente de General Motors cede ante el aluvión de protestas de las familias de las ya 32 víctimas mortales reconocidas por accidentes provocados por interruptores defectuosos de arranque de los Chevrolet Cobalt y HHR y del Saturn Ion
Mary Barra, en una de sus declaraciones ante una comisión del Senado de EEUU relativa a la revisión de 2,6 millones de por posibles defectos de su puesta en marcha |
MADRID ─ Mary Barra había sido premiada por el Museo Nacional de Historia de las Mujeres de EEUU con el galardón Legado de Katherine Graham, que se otorga en colaboración con el periódico Washington Post y que este año había recaído en la presidente de General Motors (GM) por ser la primera mujer que dirigía una compañía que figura en la célebre lista Fortune 500, la cual recoge las 500 compañías más importantes del mundo.
Pero al conocerse la noticia, el Museo ha recibido multitud de quejas de los familiares de las víctimas de los 975 accidentes, con 1.101 heridos y 69 muertos, que reclaman a GM daños y perjuicios por no haber reparado a tiempo ─y posiblemente ocultado, ya que el problema se conocía desde hace más de una década─ los interruptores defectuosos de arranque de muchos de los vehículos fabricados por la compañía, con los modelos Chevrolet Cobalt y HHR y Saturn Ion acumulando el mayor número de tales reclamaciones. Más vale que se concentre en solucionar el problema, en lugar de estar de un lado para otro recogiendo premios, decía el National Legal and Policy Center en una carta dirigida al Museo en la que reclamaba que se se anulara la concesión del premio a Barra pues la misma iba en perjuicio de la labor desarrollada hasta ahora por la institución.
¿Y qué es lo que ha hecho GM?. Pues ha emitido un comunicado en el que anuncia que Mary Barra no acudirá a recoger el premio concedido por el citado Museo para no restar atención al reconocimiento general de la contribución de la mujer a la historia de EEUU, en una ceremonia que se celebrará mañana mismo y en la que Sally Jewell, secretaria de Interior, Katherine Johnson, pionera de la NASA, y Debbie Sterling, presidente ejecutivo de Goldieblox, recibirán también premios similares al concedido a Mary Barra. Pese a que las protestas por esa concesión no han dejado de crecer desde que se tuvo noticias de la misma, el Museo parece estar dispuesto a mantener el premio concedido a Barra, aunque no ha señalado aún cuándo ni cómo se lo piensa entregar.
Un problema conocido desde hace más de una década
Mary Barra lleva desde el 15 de enero de este mismo año al frente de GM y aunque sus defensores mantienen que no tenía conocimiento alguno del asunto de las llaves de contacto que, durante la marcha del vehículo, podían moverse hasta la posición de parado, dejando a éste sin airbags, servofreno, servodirección, etc., en muchos estamentos no se concibe que un asunto que pese a salir a la luz en febrero de este año parece que ya era conocido hace más de una década, no hubiera llegado a oídos de Barra por mucho que un rango de menor importancia en la cadena de mando de GM que el que ahora tiene.
De hecho, ha saltado hace sólo unos días a los medios de comunicación estadounidenses un intercambio de correos electrónicos que pone en evidencia que GM solicitó a su proveedor de componentes Delphi medio millón de nuevos interruptores de contacto a finales de 2013, apenas a un mes de que Barra tomase posesión del máximo cargo en GM. En uno de estos correos, Sarah Missentzis, una empleada de nivel intermedio del gigante automovilístico, sugería que Barra aún no sabía nada del problema porque, dado su nivel, no se le había comunicado... Desde luego, a nosotros nos resulta un poco raro que una empleada de nivel intermedio se atreva ni siquiera a sugerir absolutamente nada de una persona que va a ser nombrada presidente de su compañía en apenas un mes... so pena de que se trate de una sutil maniobra preventiva.
Lo mismo que nos parece increíble que una persona como Barra, que en el momento de enviarse el referido correo electrónico ocupaba el cargo de vicepresidente ejecutivo de GM para desarrollo de producto, compras y suministros, no se hubiera enterado de un problema de la envergadura del que nos ocupa. Un problema que con posterioridad a febrero de 2014 dió lugar a una llamada a revisión de 2,6 millones de vehículos de los modelos Chevrolet Cobalt y Saturn Ion y de algunos otros de menor difusión para revisar sus sistemas de llave de contacto y reemplazar en su caso los interruptores defectuosos.
Cabezas cortadas: ¿suficientes?, ¿adecuadas?
A Mary Barra se le reprocha principalmente que aunque, según la postura oficial de GM, no se enterase del problema hasta finales de enero de 2014, lo haya gestionado con una gran lentitud. También llama la atención que en la búsqueda de responsables sólo hayan caído 15 ingenieros que fueron despedidos sin que apenas se conozcan públicamente detalles al respecto, por no haber respondido con suficiente rapidez a la evidencia del problema de un fallo que ha conducido a tan elevada cifra de muertes y heridos.
Michael Millikin junto a Mary Barra en una de sus presencias ante una comisión del Senado de EEUU |
Aparte de esos ingenieros, la única cabeza importante de la que hasta el momento se tiene conocimiento que va a caer es Michael Millikin, consejero general y máxima autoridad legal de GM amén de miembro del comité de dirección de ésta, que, a mediados del mes pasado, anunció su jubilación a comienzos de 2015, después de 37 años en la compañía. Millikin ha acompañado a Barra en los interrogatorios de las comisiones que el Senado de EEUU constituyó para indagar el tema de los interruptores defectuosos.
Tanto Barra como Millikin fueron eximidos de culpa en un informe encargado por GM a Anton Valukas, antiguo fiscal de EEUU y hoy abogado privado, en el que se reconocía la lentitud con que actuaron los abogados de GM que sabían del problema y se culpaba a éstos de haber pedido a los empleados de la compañía que evitasen en sus comunicados el uso de expresiones o palabras negativas que pudieran conducir a una investigación oficial.
Es cierto que Barra ha promovido la creación por GM de un Fondo para la indemnización de las víctimas afectadas por el problema de los interruptores de contacto defectuosos. Un fondo a cuyo frente se encuentra Kenneth Feinberg y que, en principio, ha sido dotado con 600 millones de dólares (unos 479 millones de euros), pero también es cierto que, durante los primeros meses después de reconocerse oficialmente el problema, GM sólo reconoció 13 víctimas mortales derivadas del mismo. Las reclamaciones hasta ahora procesadas por el equipo de Feinberg han elevado esa cifra hasta 32, pero con una lentitud que está siendo muy criticada en EEUU.
Desde agosto de este año, cuando entró en funcionamiento, hasta la fecha, el Fondo ha recibido 1.851 reclamaciones de las que sólo se han procesado unas 800, con 67 de ellas seleccionadas para posible indemnización. De éstas, se ha derivado por ahora el reconocimiento de las 32 muertes ya indicadas, estando en análisis otras 150 posibles víctimas mortales.
En una carta dirigida a Feinberg por Clarence Ditlow, miembro del comité de dirección del Centro para la Seguridad del Automóvil, este último llegaba a sugerir que la lentitud con que se estaban procesando las reclamaciones sonaba a táctica de relaciones públicas de GM, sin que ni Feinberg ni su equipo estuvieran haciendo todo lo que debían hacer, limitándose a entrar en contacto con los reclamantes y estudiar informes oficiales relativos a los vehículos que habían sido llamados a revisión.