🔸 Aventuras y desventuras con las llantas de artillería del Pegaso 1062 y el buzón de sugerencias de la vieja ENASA
MADRID ─ Hace ya tiempo que no dedicamos atención en este blog a las aventuras de mi amigo Andrés y hay que reconocer que han sido unos cuantos los seguidores del mismo que se han interesado por saber qué era de mi amigo Andrés. Pues bien, tengo que tranquilizar a todos ellos y decirles que mi amigo Andrés se encuentra bien de salud, aunque hace meses decidió abdicar de su responsabilidad al frente de su grupo de empresas, dejando que sus sucesores, capitaneados por su nieta Sofía, tomaran el relevo. Desde entonces, mi amigo Andrés rellena su tiempo, entre otras muchas cosas, dando charlas y conferencias en diferentes centros, algunos de ellos, como las instalaciones militares de Mountain View (California), en que, por su carácter estratégico, no está permitido el uso de móviles o tablets personales. No obstante hay cosas como los recuerdos de juventud en la fundición de Pegaso en Barajas que hacen que mi amigo Andrés se lance en cuanto hay un hueco a comentarme sus experiencias de entonces. Y entre esas cosas se encuentran los artículos que MOTORSCOPIO ha dedicado recientemente a los Pegaso Comet, Super Comet y 1062.
Por eso, Andrés me ha enviado un correo electrónico diciéndome que le han encantado esos artículos pues tales vehículos, que fueron productos estrella de la gama de camiones Pegaso, se construían en las instalaciones de ENASA en Barajas justo en la etapa en que mi amigo Andrés trabajaba en la fundición de dicha compañía.
En aquellos tiempos me tocó hacer muchas piezas de fundición nodular de las ruedas del camión de tres ejes PEGASO 1062. Eran ruedas de artillería que a mí no me gustaban nada y que dieron lugar a muchas cartas de protesta, que yo metía en el buzón de sugerencias que al efecto había en PEGASO, me dice Andrés, que subraya que las llantas del 1062 eran muy difíciles de fabricar ya que eran de fundición gris nodular, y había que desgasificar muy bien el hierro fundido, quitarle la escoria, después meterle la carga de magnesio, para convertir la fundición en nodular de alta resistencia.
Había que controlar muchos parámetros como la temperatura del caldo (el hierro fundido) que salía del cubilote. Y eso los lunes era una odisea pues como se apagaba la fundición durante el fin de semana, los lunes costaba muchísimo que el hierro fundido alcanzase la temperatura necesaria.
Y más con las cabezonerías de mi jefe, el famoso OVIDIO, CÓMO TE ENVIDIO, que pasaba bastante de mis sugerencias, diciéndome ¡ERES UN GILIPOLLAS ANDRES!, si esto que propones, se hace realidad, esta fundición, se va a tomar por saco, ¿y dónde vamos a encontrar trabajo después?, o cosas por el estilo, prosigue Andrés.
A mí me preocupaba mucho que las llantas de artillería se fabricaran con todo cuidado porque, al ser piezas de seguridad de triple A, su fallo o rotura, tanto más con los abusos de sobrecarga tan frecuentes en aquellos tiempos, convertían al camión que las llevaba en una fábrica de viudas y huerfanitos, recuerda Andrés.
Por aquel entonces también se fabricaba en Barajas el Pegaso Comet 1090 y el Super Comet, pero estos modelos llevaban llantas de disco de acero especial laminado con ocho pernos o bulones para sujetar la rueda al cubo de freno
Las llantas de disco tenían muchas ventajas, eran mas fáciles de fabricar, no se rompían , no se desalineaban. No producían el cabeceo o bamboleo de los neumáticos. Y eran mas ligeras que los rines o llantas de artillería. La verdad es que hoy, ya las llantas de artillería han pasado a la historia y todos los camiones usan llantas de disco, puntualiza Andrés que concluye diciendo que el Pegaso Comet fué un vehículo fantástico, fácil de armar, fácil de reparar y que si no hubiera sido por los ACACIOS que dirigieron esa empresa hoy seguiría siendo una estrella del mercado. El único defecto que tenía era que la cabina no era abatible.