• El Fondo creado por el fabricante para indemnizar a las víctimas cree poder terminar su labor a finales de julio • Una auditoría gubernamental pone a caer de un burro a los técnicos de la NHTSA
Mark Rosekind, administrador de la National Highway Traffic Safety Administration |
Se sabe que GM ha venido ofreciendo al menos un millón de dólares (unos 881.000 euros, al cambio actual) a cada víctima mortal. Biros aseguró que en total se han ofrecido ya 245 indemnizaciones de las que, hasta la fecha, han sido aceptadas 179 y rechazadas 6, estando el resto pendientes de que los reclamantes tomen una decisión a favor o en contra.
Pero a GM se le podrían complicar mucho las cosas si el Ministerio de Justicia de Estados Unidos decide abrir al fabricante una causa criminal por los 10 años que tardó en hacer público el problema, lo que podría cristalizar en una multa de hasta 1.200 millones de dólares, aunque otras fuentes hablan incluso de 2.000 millones. Hace un año, GM se vió forzada finalmente a llamar a revisión a 2,6 millones de vehículos para repasar su sistema de contacto, ya que la llave podía pasar durante la marcha a la posición de parado, dejando al conductor sin servodirección, servofreno y airbags, entre otros dispositivos.
Ya el año pasado, la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), un organismo dependiente del Ministerio de Transportes de Estados Unidos que entiende en materia de seguridad de los automóviles, sancionó a GM con una multa de 35 millones de dólares por haber ocultado durante tantos años el problema. También el año pasado, la compañía despidió a 15 personas relacionadas con el asunto que en algunos medios son consideradas como meras cabezas de turco.
Hace pocas semanas, Mark Rosekind, que fue nombrado administrador de la NHTSA en didiembre último, admitía que al personal de esta agencia se le habían escapado detalles que podían haber conducido a tomar mucho antes medidas contra los sistemas defectuosos de los vehículos de GM, pero echó parte de la culpa al fabricante que había ocultado información vital sobre el asunto. Sin embargo, Rosekind dijo que no se había tomado medida alguna, ni iba a tomarse, contra el personal de la NHTSA.
Una auditoría muy dura
Sin embargo, parece que al final la gente de Rosekind podría no irse de rositas. En efecto, tras una auditoría de un año realizada por la Oficina del Inspector General del propio Ministerio de Transportes, se ha hecho público un informe de 42 páginas que pone a caer de un burro a la NHTSA, formulando 17 recomendaciones de primer orden que el propio Rosekind ha prometido poner en marcha durante los próximos doce meses.
En el documento que resume los resultados de la auditoría a la NHTSA se sugiere que este organismo padece problemas sistémicos en aspectos relativos a cómo debe formar a su personal y cuándo y cómo deben ser investigados los defectos que denuncian los usuarios en sus vehículos; decisiones no documentadas respecto a las investigaciones acometidas, etc.
Los auditores llegan a decir que el personal de la NHTSA ignora el 90 por ciento de las quejas de los automovilistas, tras dedicar unos pocos segundos a leer las mismas. En 2014, la NHTSA recibió una 78.000 quejas, lo que supone 330 quejas diarias y, según los auditores, el personal de este organismo tiene que dedicar a diario la mitad de su tiempo a otros menesteres.
Recién llegado a su cargo, Rosekind se quejó de la falta de recursos humanos de la NHTSA y consiguió que en febrero del año en curso, la propia Casa Blanca pidiera al Congreso que triplicara el presupuesto de la Oficina para Investigación de Defectos de la agencia que administra Rosekind, quien estimaba que dicha Oficina precisaba de 380 trabajadores más, sobre los 60 que ahora tiene.
Hay sin embargo expertos que creen que todo es un montaje de cara a la opinión pública y que la cosa se irá diluyendo una vez que el Fondo de indemnizaciones concluya su labor a finales del mes que viene.