🔶 La Comisión presentará una propuesta para matricular vehículos que funcionen exclusivamente con combustibles neutros en CO2 después de 2035 y propondrá una metodología para analizar en detalle el ciclo de vida de la cuna a la tumba, tanto de los vehículos como de la energía que los impulsa
MADRID ─ En el ejemplar correspondiente al 16.01.2023 del boletín de noticias de la Asociación Española de Profesionales del Motor (ASEPA), se incluye un artículo que, por su interés, reproducimos más adelante. En el mismo se recoge una aclaración muy importante que sobre los planes de transición ecológica de la Unión Europea (UE) ha publicado la Confederación de Sociedades Europeas de Ingeniería Medioambiental (CEEES, por su acrónimo inglés) es un foro para la cooperación internacional y el intercambio de información sobre la resistencia e integridad de los productos y sistemas frente a las influencias ambientales. CEEES fue creada, hace unos 30 años, como una organización independiente sin ánimo de lucro para promover el avance de la ciencia y la tecnología en el campo de la ingeniería ambiental. El artículo dice así:
Según CEEES, pese a lo que la inmensa mayoría de medios de comunicación han publicado, es absolutamente falso que la UE haya certificado la muerte del motor de combustión a partir de 2035. Antes al contrario, el acuerdo -provisional, por cierto- alcanzado entre el Consejo y el Parlamento Europeo supone un verdadero balón de oxígeno para esta tecnología, como se explica a continuación.
En primer lugar, es cierto que en el acuerdo alcanzado se destacan dos hitos relevantes:
• Reducir un 55 por ciento las emisiones de CO2 de los coches y un 50 por ciento las de las furgonetas en 2030 comparados con los niveles de 2021.
• Reducir un 100 por ciento las emisiones de coches y furgonetas nuevos a partir de 2035.
Si nos detuviéramos en este momento del análisis, todo parecería indicar que, efectivamente, el motor de combustión interna no tiene recorrido más allá de 2035. Pero lo cierto es que entre las cuestiones acordadas se encuentran tres hechos muy destacados.
El primero de ellos es que el acuerdo incluye una redacción sobre combustibles neutros en CO2 mediante la cual, tras consultar con las partes interesadas, la Comisión presentará una propuesta para registrar vehículos que funcionen exclusivamente con combustibles neutros en CO2 después de 2035, de conformidad con la legislación de la UE. Es decir, se abre la puerta a la matriculación de vehículos con motores de combustión interna a partir de ese año siempre y cuando estos estén propulsados únicamente por combustibles neutros en CO2.
Por todo ello, resulta crucial analizar el ciclo de vida completo de las emisiones de CO2 de cada modelo de movilidad con el objetivo de poder tomar las mejores decisiones encaminadas a alcanzar la neutralidad climática en el Viejo Continente.