martes, 17 de enero de 2023

¿ELEVARÍA EL DOBLE EJE DE DIRECCIÓN LA SEGURIDAD DE LOS AUTOBUSES Y AUTOCARES?

🔶 El autobús de alta seguridad Futura 2000 ya lo llevaba en 1998 para acabar con el efecto riding originado por los pesados motores Diesel colgados por detrás del eje posterior

Autobús Futura 2000
MADRID ─ Aunque siempre termina diciéndome que tras haber dedicado muchos años a la industria del autobús e incluso haber fabricado estos vehículos, terminó muy harto de este sector industrial y de los jetacutivos (ejecutivos con mucha jeta) que tanto abundan en el mismo, mi amigo Andrés no puede eludir sacar el tema de la seguridad de estos vehículos  cada vez que, como ha ocurrido en semanas recientes, se producen accidentes de autobuses con víctimas mortales (Pontevedra, Brasil, Méjico, Senegal). Recordemos al lector que Andrés intentó hacerse con la española Setra allá por 1997-1998 y en competencia con Mercedes-Benz. Pues bien, mi amigo  Andrés considera que se daría un gran paso en cuanto a mejorar aún más la seguridad de estos vehículos si se hace obligatorio que la dirección sea de doble eje,

Andrés me recuerda que precisamente cuando luchaba por adquirir las instalaciones de Setra en Sámano (Cantabria) patentó en España un autobús de alta seguridad al que puso el nombre Futura 2000 y del que ya hemos hablado hace tiempo en este blog, el cual pensaba fabricar precisamente en aquellas instalaciones para comercializarlo en toda Europa.

Recuerdo que el número de patente  que me dieron era el 970210 y el modelo de utilidad, el 141 168. Precisamente, deben estar a punto de cumplirse, si no lo han hecho ya los 25 años de protección de esa patente, subraya Andrés.

El Futura 2000 iba a llevar doble eje de dirección y  suspensión independiente en cada una de esas 4 ruedas delanteras.

Cuando pregunto a Andrés qué ventajas aporta al autobús un eje director doble me dice que, aparte de la obvia de que, en caso de un reventón de rueda delantero, siempre queda el segundo eje con dos ruedas dirigiendo el autobús, elimina el efecto cabalgada (riding) provocado por los motores traseros que tanto abundan en el parque actual de autobuses y autocares,

Esa disposición pusher (empujando) de un pesado propulsor trasero colgado en balancín detrás del eje posterior provocaba ese efecto cabalgada que decíamos, provocando que la suspensión del eje delantero oscilara a su vez también verticalmente, lo que produce un efecto de calentamiento del aire en el interior de los neumáticos delanterosexplica Andrés, que añade que este calentamiento aumenta la presión interna del neumático que puede pasar de los 110 PSI y reventarlo cuando menos te lo esperas, lo que automáticamente da lugar a que el vehículo peque un latigazo aunque lleve dirección hidráulica y el conductor pierde el control del vehículo yéndose de frente contra lo que viene en dirección contraria o se caiga al río por encima de un puente.

Andrés indica que en su patente del Futura 2000, el motor y la transmisión iban en el centro, debajo del habitáculo de pasajeros, algo que no gustaba a los transportistas ya que allí es donde están acostumbrados a que vaya la bodega para las maletas y equipajes de los pasajeros.

Ahora, ya con el futuro apuntando a los motores eléctricos en cubo de rueda y los autobuses eléctricos el problema del riding derivado del pesado motor Diesel por detrás del eje posterior del vehículo desaparecerá pero seguirá existiendo el problema de los reventones de rueda, me comenta Andrés, tras lo cual añade que su Futura 2000 contaba además con un sistema que balanceaba la cabina del autocar  en las curvas, de la misma manera que lo hace un motociclista, inclinando la carrocería hacia el centro geométrico de dicha curva, para que la proyección dinámica de esfuerzos y aceleraciones que hay en el autocar cuando toma la curva siempre caiga dentro del polígono de estabilidad del autocar.

En el Museo Barreiros de Valdemorillo (Madrid) tienen o deberían tener un libro de color rojo con un estudio que hice en aquella época sobre los autobuses de alta seguridad y los accidentes mortales de autobuses y autocares que tanto abundaron entonces, concluye Andrés.