Web de la DGT con mención a la carta para baja |
Aunque la reacción inicial de la DGT fue la de explicar que estaban aprovechando esos envíos postales para depurar sus propias estadísticas sobre el parque automovilístico nacional, no es descartable que las mencionadas cartas tuvieran también una intención recaudatoria, pues en ellas se hablaba de impuestos pendientes de pago relacionados con los vehículos objeto de las cartas y el posible embargo de éstos si no se procedía a saldar la deuda.
La DGT hablaba de que se iban a enviar 13,3 millones de cartas, lo que, sobre un parque que a finales de 2012 se cifraba en 31,27 millones de unidades es un porcentaje del 42,53 por ciento, cifra más que respetable. Confiamos en que no todos los 13,3 millones de vehículos correspondientes a la misma cantidad de cartas estén todos en situación de baja no declarada pues de ser así la situación sería como para que hubiera dimisiones en cadena. AEA estima que los vehículos que podrían encontrarse en el limbo de la DGT serían del orden de 3,5 millones de unidades, lo que tampoco está nada mal.
Al hacerse público el asunto, la DGT anunció que iba a abrir un su página web un proceso automático y gratuito para que los usuarios dieran de baja sus vehículos que ya no se encontraban en circulación ─suponemos que tras haber recibido una de aquellas cartas─ y ese sistema es el que ha conducido a que sólo en Madrid se lleven dados de baja 400.000 automóviles.
Web de la DGT en el momento de escribir este post |
Ahora surge la incógnita de si el proceso que estableció la DGT para dar de baja los vehículos era suficientemente fiable. ¿Había garantías de que una persona que conocía a otra propietaria de un viejo coche que casi nunca sacaba a la calle, pero en perfecto estado de conservación y con toda la documentación en regla, no podía suplantar la personalidad de este último para darle de baja el vehículo sin que él lo sepa?. ¿Un deseo exagerado de facilitar los trámites podría haber permitido situaciones como esa?.
Pero hay otra cuestión que nos viene a la mente. Hay que suponer que esos vehículos serán en buena lógica de una edad bastante avanzada, con lo que su
defunción legal puede conducir a que la edad media de nuestro parque automovilístico se reduzca de manera notable.
Por todo ello, pensamos que ni la DGT ─ni ANFAC, ANIACAM, GANVAM o FACONAUTO─ deberían volvernos a hablar de la falta de seguridad del parque español debido a la avanzada edad del mismo. Lo más elegante sería que la DGT y todas esas asociaciones guardaran un prudente silencio sobre el particular hasta que se aclare cuál es la cantidad real de vehículos en circulación y cuántos de cada tipo.