viernes, 9 de enero de 2015

MULTA RÉCORD DE 59,4 MILLONES DE EUROS PARA HONDA EN EEUU

 La administración de Obama acusa al fabricante japonés de haber estado ocultando información sobre accidentes y reclamaciones de garantías durante 11 años


MADRID ─ Aunque no deba uno citarse a sí mismo, decíamos ayer que Mark Rosekind, recientemente nombrado por el presidente Obama administrador de la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) había mostrado en su primera rueda de prensa que estaba dispuesto a meter en vereda a los fabricantes de automóviles y a recuperar la deteriorada imagen de la agencia que ahora administra. Pues fueron apenas nueve horas las que se tardó en saber que la NHTSA había acordado a finales del año pasado con Honda, que este fabricante japonés pagaría 70 millones de dólares (59,4 millones de euros) de multa por haber ocultado información de centenares de casos relacionados con accidentes en sus vehículos y con reclamaciones en garantía de sus clientes. ¿Y cómo es posible que haya impuesto la NHTSA una multa de 70 millones de dólares cuando por ley la sanción máxima que este organismo puede imponer es de 35 millones?.

Pues muy sencillo, la NHTSA ha impuesto a Honda dos multas de 35 millones; una por haber ocultado a ese organismo 1.729 casos con muertos y heridos en accidentes de vehículos de la marca japonesa entre 2003 y 2014, de los que el fabricante japonés estaba obligado a informar a la NHTSA, y otra por no haber cumplimentado adecuadamente los informes sobre una importante cantidad de reclamaciones y reparaciones en garantía. En la ya mencionada primera rueda de prensa de Rosekind, éste advirtió que el tope de 35 millones de multa que la NHTSA podía imponer se había quedado muy bajo y que pensaba que debía ser subido a 300 millones. Está claro que, mientras se lo autorizan oficialmente, el nuevo administrador de la NHTSA ha encontrado la forma de  abrasar financieramente a quienes no cumplan las normas establecidas por este organismo.

Honda, que ha culpado de las omisiones a fallos informáticos y a la negligencia de los empleados que tenían que rellenar los datos requeridos por la legislación estadounidense, ha admitido haberse percatado del problema en 2011, aunque no había informdo de ello a la NHTSA hasta 2014.

Como el lector podrá imaginar, entre los casos de accidentes de los que este fabricante japonés no ha informado a la NHTSA figuran ocho relacionados con los airbag-bomba de Takata que, al activarse en caso de accidente, pueden estallar y proyectar metralla sobre las caras del conductor y su acompañante, un problema que ha dado lugar a, que se sepa, cinco víctimas mortales y a que Honda haya tenido que llamar a revisión, sólo en Estados Unidos, a 5 millones de sus vehículos desde 2008 hasta ahora,.

En nuestra opinión, Honda es sólo el primero de los fabricantes de automóviles a los que la NHTSA va a imponer castigos ejemplares durante 2015 y 2016, los años que le quedan a la actual legislatura de Obama. Anthony Foxx, ministro de transportes de Estados Unidos, de quien depende la NHTSA, ya ha advertido al conocerse las dos multas impuestas a Honda que no está dispuesto a que los fabricantes de automóviles oculten a este organismo dato alguno relacionado con la seguridad de los vehículos.

Foxx refrendó la política de endurecimiento de los controles de la NHTSA subrayando que sólo en 2014 ─año en que este organismo había anunciado sanciones por un total de 126 millones de dólares─ se habían decretado multas por un valor acumulado superior al de las multas que se habían impuesto en toda la historia previa de la NHTSA.