🔸 Su mecanismo no aparece en ningún lugar de la naturaleza, la mayor fuente de inspiración humana a lo largo de la historia, y eso la hizo aparecer aparentemente tarde
MADRID ─ En el boletín quincenal de la Asociación Española de Profesionales de Automoción (ASEPA) número 324, correspondiente al 16 de diciembre de 2024, y en su habitual sección Una página de historia, se reproduce un curioso artículo sobre el origen de la rueda firmado por Carmen Macías y publicado inicialmente en elconfidencial.com el 15 de septiembre de 2023 con el título ¿Podremos saber algún día quién inventó la rueda?, artículo que, por su interés, reproducimos a continuación. El lector que desee conocer qué otros temas se tratan en el boletín mencionado, puede descargarse éste en formato PDF pinchando AQUÍ.La evidencia más antigua del uso de la rueda es un pictograma
hallado en Sumeria, en lo que hoy conocemos como Irak y
data del año 3500 a.n.e.
UNA PÁGINA DE HISTORIA:
¿Podremos saber algún día quién inventó la rueda?
Nos rodeamos de ellas por todas partes, así que su abundancia nos lleva a olvidarnos de su presencia. Irónico, pero aunque como concepto puede parecernos de lo más simple a los simios del siglo XXI, la rueda supone un hito primordial de nuestra existencia. Para empezar, es un invento totalmente humano, algo que no suele ocurrir. En otras palabras, su mecanismo no aparece en ningún lugar de la naturaleza, la mayor fuente de inspiración humana a lo largo de la historia. Si algo natural se le acerca está en los flagelos bacterianos, en los escarabajos peloteros y en las plantas rodadoras, ya que utilizan el rodamiento como forma de locomoción, como recordaba Megan Gambino en Smithsonian citando a Michael LaBarbera, profesor de biología y anatomía de la Universidad de Chicago, en una edición de 1983 de The American Naturalist.
Eso sí, por supuesto fue la naturaleza la que llevó a nuestros antepasados a idear esta pieza. Factores como la infraestructura vial, por ejemplo, y la domesticación de animales grandes capaces de tirar de vehículos de ruedas hicieron que el asunto viniera rodado. Pero, ¿cuándo exactamente? La única respuesta a esta pregunta es otra: ¿podremos saber algún día quién inventó la rueda?
Una forma muy estándar
La evidencia más antigua del uso de la rueda es un pictograma hallado en Sumeria, en lo que hoy conocemos como Irak y data del año 3500 a.n.e. Para ese entonces, ya existían sociedades complejas, con sistemas económicos, sociales y religiosos, habíamos domesticado animales y llevábamos varios milenios cultivando la tierra, como explicaba hace unos años Dalia Ventura en la BBC.
Tanto es así que otras herramientas como las agujas para coser, las canastas, los botes o incluso instrumentos como flautas también le precedieron. Sin embargo, como las referencias en el mundo físico eran prácticamente nulas, hubo que esperar a que llegara la chispa. Su tardanza, en cualquier caso, permitió que adquiriera rápido un sentido y una forma tan estándar que apenas ha cambiado hoy: una pieza que gira sobre su eje. Si bien es cierto que muchos historiadores creen que fue el antiguo pueblo mesopotámico el que la inventó, y que lo hizo entre el 4200 y el 4000 a.n.e., es probable que también se inventara ‘al mismo tiempo’ en diferentes zonas del planeta. ¿O no? ¿Cómo encontrar el primer paso? Sea como fuere, antes de ese momento, se utilizaban otros inventos como los trineos para mover objetos grandes y pesados por el terreno.Los tornos de alfarero posiblemente fueron una de las
primeras aplicaciones de la rueda
En sintonía con las necesidades
No obstante, pensamos en ruedas a modo de elemento de un vehículo, pero las primeras conocidas se usaron en una actividad concreta: la cerámica. Primero fueron tornos, que se movían con la mano o los pies de los alfareros. Unos siglos más tarde, a mediados del III milenio a.n.e., se empezó a utilizar el principio del volante de inercia.
La estructura de la rueda evolucionó así en sintonía con las necesidades de los usuarios y la disponibilidad de nuevos materiales, pero refinar aquella idea para convertirla en un vehículo era aún todo un reto y requería una sutileza que solo se lograba empleando metal. Además, el eje debía ser lo más delgado posible para minimizar la superficie y tener la fuerza suficiente para soportar la carga. También para rotar sin que la fricción lo impidiera, apunta ventura, el hueco en el centro de ellas y los extremos del eje tenían que ser casi perfectamente redondos y lisos.