🔸 Derivaba del turismo Citroën Visa y alcanzó una producción de 1.181.407 unidades, la más alta conseguida por un modelo construido en la planta de Vigo
La denominación C15 viene de su PMA (Peso Máximo Autorizado), que era de 1.500 kilos. Esas 1,5 toneladas dieron origen al nombre C15. Fue un modelo que destacaba entre otros aspectos por su velocidad, llegando a ser una de las furgonetas mas veloces de su categoría. Alcanzaba sin dificultades los 140 Km/h y tan solo un año después del lanzamiento, incorporo un motor Diesel, siendo el primer utilitario ligero en hacerlo.
Este tipo de vehículo era conocido por el público como furgoneta pero el fabricante los conocía como derivados comerciales por su estructura, formada por la mitad delantera de un turismo y una caja de carga con o sin ventanillas a modo de mochila. En concreto, el modelo C15 derivaba del turismo Citroën Visa, y fue el primero en que la fábrica de Vigo asumió el papel de Centro Piloto, lo que suponía estar muy presente tanto en su diseño como en su desarrollo. Ese trabajo dio sus frutos: fue el primer modelo en la historia de la planta en superar la barrera del millón de unidades producidas. También, y gracias a su creciente demanda, se inició por primera vez el turno de noche en el taller de soldadura de la carrocería de la planta de Vigo.
Su reputación de resistencia y solidez hicieron de la C15 una estrella en su segmento, a lo que también contribuyó la oferta de una motorización Diesel que permitió ampliar sus ventas. Con este modelo, la producción de vehículos comerciales adquirió un peso histórico en Vigo, que ya tenía una amplia experiencia en este tipo de automóviles. Contribuyó decisivamente al progreso del Centro y del tejido industrial de las empresas proveedoras, así como al posterior lanzamiento mundial de las sucesivas generaciones de Citroën.
No es casualidad que el primer vehículo eléctrico comercializado con el distintivo del doble chevrón fuera una versión del Citroën C15, que se probó a conciencia en las calles de Bruselas en 1987 y se puso a la venta dos años después. En total, se produjeron 402 unidades de este vehículo, que contaba con un motor eléctrico con 10 Kw (13 caballos) de potencia nominal que estaba acoplado a la caja de cambios y ofrecía una autonomía de hasta 100 kilómetros.
Este C15 eléctrico tenía como gran inconveniente las dimensiones y el peso de sus baterías, que le hacían perder capacidad de carga y prácticamente duplicaban su peso muerto. Como precursor de los vehículos eléctricos modernos, contaba con un indicador de carga eléctrica y autonomía además de disponer de un botón rojo de emergencia para detener el sistema. La calefacción estaba asegurada por un depósito de gasóleo mientras que funciones como el limpiaparabrisas o la radio dependían de una batería auxiliar de 12 V y 55 Ah.
En el año 2000, el C15 experimentó una evolución muy importante. La motorización existente se reemplazó por una nueva generación de propulsores para cumplir con las normativas europeas de emisión de gases. Para adaptar el nuevo motor a la estructura del modelo, el equipo de Vigo desarrolló un proyecto de gran envergadura técnica y pionero en el Centro que afectaba a piezas como el soporte del alternador, calculador, cableado, admisión de aire, línea de escape, dirección asistida y soporte de batería. El proyecto se realizó con la ayuda de empresas proveedoras como Gestamp, Faurecia Escapes o Plastic Omnium.