El decálogo Barreiros |
♦ El industrial gallego fabricó , motores, camiones, autobuses, tractores agrícolas y carretillas elevadoras y terminaría por construir también los turismos Simca, Dodge Dart y Dodge 3700, pero es menos conocido que antes había mantenido también conversaciones con las británicas Jaguar y Humber y la alemana Borgward y que llegó a ofrecer al Instituto Nacional de Industria (INI) la compra de Pegaso y Manufacturas Metálicas Madrileñas
MADRID ─ En abril de 1990, yo escribía el artículo que el lector encontrará más adelante dedicado a Eduardo Barreiros, el celebérrimo industrial gallego, y sus empresas en España. El artículo se publicó en una revista que cerraría unos pocos meses después y que me lo dejó a deber, lo que creo que me permite repescar aquel texto ─las fotos no son las mismas de entonces, hace más de 27 años, pues aún no había llegado la digitalización─ para ofrecerlo aquí a todos los seguidores del personaje. Advierto de antemano que en el texto vuelve a salir el controvertido asunto de los cigüeñales del Super Azor Gran Ruta y concluyo pidiendo perdón por mi ignorancia a todos los españoles que hoy ya son Doctores cum laude en la historia de Eduardo Barreiros.
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BARREIROS: EL APELLIDO DE UN HOMBRE, EL NOMBRE DE UN CAMIÓN ESPAÑOL
Por Jorge Palacios
Pretender resumir en unas pocas páginas la historia de un hombre como Eduardo Barreiros, o la de la marca que llevó su apellido, no deja de ser una osadía. Al objeto de aliviar nuestro pecado en la medida de lo posible, limitaremos esta historia a la descripción de las actividades de don Eduardo en el área del transporte de mercancías, del camión.
El origen de la actividad industrial del apellido Barreiros hay que buscarlo en un pequeño taller mecánico, situado en Orense, donde un joven gallego, Eduardo Barreiros, trata de paliar la penuria de recursos mecánicos que se padece en la España tras el bloqueo de la ONU, transformando a diésel los motores usados de gasolina.
Maqueta de las instalaciones de Villaverde que se conserva en el Museo Barreiros |
Hasta tal punto es cierto lo dicho en el párrafo anterior que hace muchos años, se contaba en la fábrica de Villaverde que en cierta ocasión, un malhumorado cliente llamó por teléfono pidiendo a voz en grito que se pusiera al aparato el Sr. Barreiros y al recibir del otro lado la respuesta de que éste no se encontraba en esos momentos en su despacho, gritó: "¡Bueno, pues que se ponga el Sr. Diésel!".
De los motores transformados a los propios
En 1954, Barreiros deja de dedicarse sólo a la transformación de motores e inicia la producción de los suyos propios, con una plantilla de 150 personas. En aquel año se construyeron un total de 480 motores diésel. En 1955 la superficie ocupada asciende ya a los 5.000 metros cuadrados.
Algunos de los primeros camiones fabricados por Barreiros (FUENTE: Fundación Barreiros) |
La línea de productos aumentó con la fabricación en 1962 de carretillas elevadoras y autobuses de viajeros, alcanzándose en aquel año una producción de 9.100 motores diésel, 3.900 camiones, 2.200 tractores y 40 autobuses. Es bastante probable que la cifra de tractores incluya la producción de tractocamiones ─Barreiros fabricó un modelo para 10 toneladas con el nombre Cóndor─ entonces denominados tractores industriales y tradicionalmente confundidos durante muchos años con los tractores agrícolas en las Jefaturas Provinciales de Tráfico.
Un acuerdo entre Barreiros y Jaguar en 1960 -1961, habría hecho posible que el Jaguar E ─entonces no se decía la cursilada esa de E-Type─ se hubiera construido en las instalaciones de Villaverde (FOTO: DeFacto) |
En el momento en que Barreiros negoció con Humber la producción de uno de los vehículos de la firma británica en España, el modelo estrella de ésta era el Humber Hawk serie IV (FOTO: Allen Watkin) |
A por los autobuses
En enero de 1961, sin embargo, se firma el acuerdo entre Barreiros y Aclo (AEC) para la producción bajo licencia, por el primero, de los autobuses del segundo. Este acuerdo también contemplaba la fabricación de dumpers, un producto del que AEC era un especialista, aunque la colaboración entre británicos y españoles se limitó a los autobuses.
El autobús Barreiros 2900 iba propulsado por un motor D34 de 3,7 litros y 83 caballos de potencia. Tenía capacidad para 22 plazas (Museo Barreiros) |
La conclusión del acuerdo con AEC llevaría a don Eduardo a firmar en 1969 un acuerdo con el carrocero belga Van Hool, que se estableció en Zaragoza, dando en quiebra algunos años después. Sobre las abandonadas instalaciones de Van Hool en Zaragoza, nacería en 1983 Hispano Carrocera.
Don Eduardo seguía empeñado en construir turismos, demostrando una visión de futuro muy superior a la que exhibía la Administración española, y a tal efecto inició los contactos con la alemana Borgward. En aquel entonces, la compañía Barreiros Diésel, S.A. lanzaba al mercado lo que constituía la auténtica primera gama de camiones Barreiros, formada por tres modelos: Saeta (de 5 toneladas de carga); Azor (de 8 toneladas); y Víctor (de 10 toneladas).
La promoción comercial del Saeta se fundamentaba en la aportación de un mayor confort en la cabina. El Víctor era un tres ejes, con dos de ellos posteriores, detalle éste que fue considerado en la época poco menos que revolucionario. Como dato curioso, el precio franco fábrica del Saeta era de 275.000 pesetas, de las de entonces, claro. (Hemos hecho una estimación y esa cantidad de pesetas equivaldría a casi 35.000 euros de 2017).
La llegada de Chrysler
En 1963 se produce un hecho que marca el ascenso a la cumbre de Eduardo Barreiros y el principio de su posterior decadencia. En el mes de octubre de ese año, se firma el acuerdo por el que Chrysler entra a formar parte del accionariado de Barreiros Diésel, haciéndose con el 35 por ciento del capital, lo que le cuesta al entonces tercer constructor mundial nada menos que 1.000 millones de pesetas. Cuatro años después, en 1967, el 97,53 por ciento de la compañía española estaba en manos de los americanos.
En noviembre de 1964, Barreiros adquiere Tempo Ibérica para ampliar su gama por el extremo más bajo de tonelaje |
En aquellas fechas, algunos socios extranjeros de Barreiros quieren abandonar sus negocios comunes, quizá por temor a que sus actividades en España abran una puerta para la penetración de Chrysler en sus respectivas casas madre. Así, Hanomag, que había aportado la tecnología para los tractores agrícolas fabricados en Villaverde, vende a la parte española su paquete de acciones en Hanomag-Barreiros S.A. También tiene que hacerse cargo Barreiros de la participación británica en David Brown Engranajes, S.A.
La alemana Hanomag, que había aportado la tecnología para los tractores agrícolas de Berreiros, terminaría vendiendo a la parte española su paquete de acciones en Hanomag Barreiros |
Nuevas instalaciones en Villaverde
En 1966 se inaugura la nueva factoría de Villaverde. Nada menos que medio millón de metros cuadrados. Es también el año en que Barreiros amplía capital, pasando de 1.142 millones de pesetas a 3.142 millones. La ampliación sería aprovechada por Chrysler para hacerse un año después con el 77 por ciento de la compañía Barreiros Diésel S.A.
También en 1966, Barreiros llega a un acuerdo con la alemana Bosch para crear conjuntamente en España una sociedad dedicada a la producción de componentes eléctricos para el automóvil. A tal efecto, en 1967 Bosch adquiere el 50 por ciento de Constructora Eléctrica Española S.A. que pertenecía al grupo Barreiros.
Hasta octubre de 1967, Eduardo Barreiros fue accionista titular de la mayoría del capital de la compañía creada por él. Después, al entrar Chrysler, don Eduardo mantuvo el puesto de presidente, de mutuo acuerdo con su nuevo socio americano.
Por fin, el proceso de decadencia de la saga de los Barreiros, llega a su tramo final. En mayo de 1969, los hermanos Barreiros: Eduardo, Valeriano, Graciliano y Celso, dirigen una carta de despedida al comité de empresa y Eduardo Barreiros presenta su dimisión como presidente de Barreiros Diésel S.A., al igual que sus hermanos, dimiten de sus cargos respectivos. El grupo de empresas Barreiros había llegado a dar trabajo a más de 13.000 empleados y la pequeña fábrica creada en 1951 contaba con un capital social de 3.142,5 millones de pesetas, saliendo de sus cadenas de montaje los turismos Dodge y Simca, camiones, autobuses, tractores agrícolas y motores.
En aquel ejercicio, Barreiros Diésel iba a perder 497 millones de pesetas, lo que luego llevaría a los americanos de Chrysler a barajar en 1970 el despido de 2.000 empleados, planteando expediente de crisis.
Se ha dicho en ocasiones que Eduardo Barreiros fué el máximo exponente de la figura del hombre de negocios español: 50 por ciento empresario y 50 por ciento visceral. Como en otros muchos casos, quizá fue su perdición el no saber ir evolucionando, reduciendo la parte visceral y ampliando la de empresario, al objeto de acomodarse a los tiempos modernos, en que uno no puede permitirse los pasos en falso que muchas veces se dan cuando, en lugar de tomar decisiones con el cerebro, se toman con el corazón.
Peligros de la visceralidad
Referiremos una anécdota que pone en evidencia los riesgos que se corren con las actuaciones viscerales: Habíanse apartado de la cadena de montaje unas partidas de cigüeñales que si no nos falla la memoria, iban destinadas a los camiones Barreiros Super Azor Gran Ruta. Los análisis habían puesto en evidencia que la aleación de nitruro no era la correcta y que aquellos cigüeñales rompían fácilmente. Hete aquí que don Eduardo, pasando un día junto a las cajas de los cigüeñales defectuosos, preguntó el motivo de que estuvieran allí. Las cosas ya no marchaban bien con Chrysler y las cuentas no eran favorables. "¡Pamplinas, exclamó don Eduardo al conocer la historia del nitruro, que se monten inmediatamente!".
Al cabo del tiempo, los cigüeñales empezaron a romper, según se había previsto, y los camiones Barreiros Super Azor Gran Ruta adquirieron una leyenda negra de romper cigüeñales, algo que luego costaría a Chrysler mucho dinero y años hacer olvidar.
El nombre Barreiros no se extinguió en los camiones de Villaverde con la salida de los hermanos gallegos. Siguió muchos años en la parte más visible de la cabina de los camiones. Tan sólo muchos años después y tras un largo período de coexistencia con el nombre Dodge, éste terminaría por adueñarse de los camiones de cabina naranja.
En abril de 1970, se constituye Chrysler España S.A., para la que es elegido como presidente, en octubre de ese mismo año, Estanislao Chaves Viciana.
Que nadie piense que Chrysler dejó a los hermanos Barreiros en la ruina. Es más, en las navidades de 1970, se difunde una felicitación de la familia Barreiros a todos los españoles, en la que se proclama que la misma controla veinte empresas relacionadas fundamentalmente con los sectores financiero e inmobiliario.
Graciliano Hernández Marcos, en su despacho de la fábrica de Villaverde en una foto tomada hacia 1969 |
Para un periodista especializado en la industria del motor, hablar de Barreiros, de Chrysler, es recordar a Graciliano Hernández Marcos, jefe de Prensa de la compañía de Villaverde, muerto en accidente de tráfico cuando se encontraba trabajando, al pié del cañón. Mientras recopilaba los datos para redactar esta breve historia de Barreiros, he releído muchos de los comunicados de prensa que con tanta sencillez y cuidado nos preparaba, y han desfilado por mi mente los recuerdos de muchos de los buenos ratos que pasamos juntos, sin poder evitar que la emoción hiciera presa en mí. Si se me permite, quisiera dedicar este pobre artículo histórico a la memoria de mi amigo Graciliano Hernández Marcos.