♦ Se presenta como continuista y anuncia su intención de potenciar el papel de lobby de la asociación, retomando viejas aspiraciones tendentes a conseguir una reforma fiscal que ayude a corregir la desproporcionada presión impositiva sobre las empresas del sector
Lorenzo Vidal de la Peña, ha sido elegido presidente de GANVAM |
Pero en esta oportunidad, había dos aspirantes a asumir esa responsabilidad: José San José (50), ex miembro de la junta directiva de GANVAM, y Lorenzo Vidal de la Peña, gerente del grupo automotriz Vidal de la Peña en Cantabria y miembro fundador y presidente de la Asociación Empresarial Cántabra de Concesionarios de Vehículos (ASECOVE).
Aún siendo miembro de GANVAM, Vidal de la Peña nunca había pertenecido a la junta directiva de la asociación, aunque ocupa puestos de relevancia en otras diferentes asociaciones relacionadas con la industria automotriz, como CEOE-Cepyme Cantabria y de la Federación del Metal de la Región, que preside desde 2015, siendo también miembro de CEOE, CEPYME y CONFEMETAL.
Durante los días previos a las elecciones, celebradas el 10 del presente mes, el enfrentamiento entre San José ─considerado como el candidato de la renovación─ y Vidal de la Peña ─que se presentaba como el candidato oficialista, el candidato de la continuidad─ empeoró, llegando incluso al nivel personal, hasta el punto de que San José presentó en los tribunales españoles una denuncia penal por difamación contra Vidal de la Peña.
Solo unas semanas antes, había surgido otra batalla por la presidencia de GANVAM. Esta vez entre Tomas Herrera, director general de GANVAM, y Jaime Barea, director jurídico de la asociación, que aspiraban a ser nombrados para la presidencia de GANVAM. Como asociación, GANVAM tiene una fuerza laboral muy reducida, alrededor de una docena de personas.
Descartada la posibilidad de que Herrera y Barea pudieran acceder a la presidencia de GANVAM, finalmente, Lorenzo Vidal de la Peña surgió como el ganador en su competición con San José, con 225 síes y 158 noes.
Al presentar su programa para su mandato de cuatro años, Vidal de la Peña destacó su intención de intensificar el papel de lobby de GANVAM para ganar aún más peso en las negociaciones con las administraciones públicas, especialmente en un momento en que el mercado del automóvil afronta cambios como nuevas formas de movilidad, automóvil autónomo y conectividad, todo lo cual cristalizará en un nuevo modelo de negocio.
El nuevo presidente retomará viejas aspiraciones no logradas como conseguir una reforma fiscal que ayude a corregir la desproporcionada presión impositiva que, en su opinión, soportan las empresas del sector.
Los problemas subyacentes
Pero, independientemente de lo que digan las declaraciones institucionales, Vidal tiene graves problemas internos que enfrentar. Muchos de ellos provienen de la situación privilegiada que ha tenido GANVAM desde su fundación, y que hoy en día permite decir que el 80% de los vehículos del parque nacional se han vendido a través de un miembro de GANVAM y están siendo atendidos en talleres integrados en GANVAM.
Tradicionalmente, la presidencia de GANVAM se ha llevado mayormente a cabo de manera entre paternalista y dictatorial, especialmente quizá en el mandato de 20 años de Juan A. Sánchez, protagonista de la presidencia más larga hasta el momento, durante el cual saltaba a la vista que la actividad de GANVAM estaba mayormente orientada a la promoción personal de Sánchez, y no a la potenciación de GANVAM y la consecución de logros palpables para sus empresas afiliadas.
En los años posteriores al estallido de la crisis financiera de 2007, muchos distribuidores, vendedores y talleres del automóvil se vieron obligados a cerrar y esto tuvo un lógico impacto negativo en el número de afiliados a GANVAM. Al final de la crisis, algunos de los miembros perdidos fueron recuperados, pero no al nivel que habría sido deseable.
Aún más, pese a la recuperación del mercado de automóviles, la pérdida de afiliados volvió a empeorar hasta el punto de que sólo en los últimos dos años GANVAM vió como sus filas mermaban en más de 3.500 miembros. Y ese es uno de los puntos a los que Vidal de la Peña tendrá que prestar mucha atención durante su mandato, haciendo olvidar la idea de que la asociación está al servicio de la persona que la preside y volviendo a convencer a sus afiliados presentes y potenciales de que es al servicio de todos ellos a lo que está GANVAM.
También tendrá Vidal de la Peña que restañar las heridas de la batalla entre Herrera y Barea, personas de las que no puede darse el lujo de prescindir, ya que conocen muy bien el funcionamiento de GANVAM, en el que son piezas claves.