🔸 Entre otros, recorrieron las instalaciones, el por entonces Jefe del Estado, General Franco, el Rey Faisal de Arabia Saudí, Moisés Tshombe, Presidente del Congo, y el Príncipe Juan Carlos
El Dodge Dart con techo transparente utilizado en las visitas de personajes ilustres |
Una página de historia: Las visitas a la fábrica Barreiros de Villaverde
Desde 1960, ya con plena libertad para fabricar camiones y tractores, Eduardo Barreiros se lanzó a ampliar su fábrica, y cuando en 1963 anunció el acuerdo con Chrysler para hacer en Villaverde los Dodge Dart y los Simca 1000, se generó poco menos que una lista de espera de personalidades y de diversos colectivos que deseaban visitar aquellas instalaciones.
Eduardo Barreiros cuidó siempre mucho la publicidad y el contacto con la prensa y con los clientes, por lo que esas visitas no le molestaban en absoluto, antes al contrario, pero su número fue tal que hubo que establecer unos protocolos y unos itinerarios a fin de que no perjudicaran el ritmo de trabajo de las instalaciones, ya que desde la puesta en marcha de las cadenas de montaje de los Dodge y los Simca las visitas aumentaron.
Había también visitas de colectivos como pudieran ser grupos de periodistas, de proveedores de componentes, de ingenieros, así como estudiantes de ingeniería y similares, visitas que normalmente se efectuaban a pie, al menos en parte, ya que desde unas naves a otras se usaba con frecuencia algún autobús.
También se usaron en aquellas visitas dos Simca 1000 a los que se les cortó el techo desde el parabrisas a fin de lograr la máxima visibilidad para sus pasajeros |
En el Dodge recorrieron la fábrica el entonces Jefe del Estado, General Franco, así como el Rey Faisal de Arabia Saudí o Moisés Tshombe, Presidente del Congo, que lo hizo en un cabriolet Dodge Dart ’64, que era el coche personal de uno de los hermanos Barreiros, teniendo además para estos recorridos los dos citados Simca 1000 descapotables, y a fin de que todo estuviera en un estado impecable en las visitas ilustres, la fábrica daba a sus empleados un incentivo económico.
Así por ejemplo, en la visita de Tshombe, hubo una paga extra equivalente a siete días de sueldo. Con motivo de la visita en 1964 del Príncipe de España, la paga extra fue de diez días, mientras que con la visita de Franco, en la cual se hizo un simulacro de inauguración de la fábrica, la paga fue de quince días, siendo casi siempre Eduardo Barreiros el conductor de los vehículos en los que se desplazaban las visitas ilustres.