😈 A diferencia de los departamentos correspondientes, los sindicatos siempre están dispuestos a hablar con los medios de comunicación
Un momento de la fase de preproducción del Opel Mokka en Figueruelas |
MADRID ─ Con motivo del reciente inicio de la producción del Opel Mokka en la planta zaragozana de Figueruelas, del que lógicamente se han hecho eco con mayor o menor extensión los medios de comunicación, tanto especializados como de información general, nos ha llamado la atención un hecho que no es la primera vez que, con diferente protagonista, detectamos en la industria española del automóvil. Se trata de las declaraciones de Pedro Bona, secretario general de UGT en la mencionada planta, que han sido recogidas por algunos de aquellos medios. Tenemos unos 300.000 pedidos [del Opel Mokka] y entre la planta coreana y la de Zaragoza creo que podremos atender el mercado, decía Bona, para continuar explicando el éxito del nuevo modelo porque es un utilitario más pequeño, tiene una buena relación entre las prestaciones y el precio y el nuevo motor Diesel es muy aceptado en el mercado.
Las declaraciones de Bona no terminaban ahí sino que se extendían en frases como Tenemos dos retos en menos de dos meses para destacar que la planta de GM en Figueruelas junto con la de Gliwice en Polonia son las más competitivas de Europa y, también, Ninguna planta de Europa ha hecho dos nuevos modelos en algo más de un año, lo que aventura que la fábrica de Figueruelas va a estar en plena producción.
Con todo nuestro respeto para Pedro Bona y sin olvidar la participación de los editores de tales declaraciones en la forma final de éstas al publicarse en los medios correspondientes, no podemos menos que preguntarnos si esas declaraciones son propias de un representante sindical, por muy destacado que éste sea, o, por el contrario, resultarían más adecuadas en boca de un director de marketing y comunicación.
Cabría pensar que el entendimiento ─¿compadreo?─ a que se ha llegado en la industria española del automóvil entre fabricantes y comités de empresa ha llegado a tal nivel que las declaraciones de Bona plasmen una variante de cierto síndrome de Estocolmo, que ha propiciado tal mimetismo entre trabajadores y directivos que ya unos asumen los papeles de otros.
¿Otro fruto de la nueva comunicación?
Pero tampoco debe descartarse otra explicación que tiene que ver con esa que nosotros denominamos nueva comunicación. En los medios de información general se trabaja siempre contra reloj y no se dispone de tiempo para andar llamando al departamento de márketing y comunicación correspondiente, para que éste dé respuestas a las preguntas del periodista, o para que algún miembro de dicho departamento con baja posición en la cadena de mando y un contrato de cuasi becario plantee el asunto a sus superiores inmediatos mientras le tiemblan las piernas ante una posible reacción malhumorada de éstos.
Además, cada vez es más difícil encontrar un interlocutor válido en los departamentos de comunicación y márketing y, aún en el caso de hacerlo, es probable que lo delicado de la pregunta o la complejidad de documentar la respuesta hagan que ese interlocutor opte por responder que tiene que plantearlo ante la casa madre en Francia, Alemania o Italia, por ejemplo, para al cabo de varias semanas, responder a un periodista ─que con seguridad ya se ha olvidado del asunto─ con un elusivo Hemos planteado tus preguntas pero es que en París, Stuttgart o Turín nos han dicho que no pueden hablar aún del tema.
O lo que es peor, que el interlocutor reenvíe directamente al periodista a hablar con París, Stuttgart o Turín. ¿Para qué está entonces el departamento de márketing y comunicación local?, nos preguntamos.
Por el contrario, los sindicalistas están siempre dispuestos a hablar y encantados de salir en los papeles, por lo que para los periodistas representan una fuente fácil y cómoda de información y ante la difusión de datos inexactos o poco precisos siempre pueden recurrir a aquello de ¡chico, qué quieres; al fin y al cabo yo soy un currante y no conozco las estrategias de las cúpulas directivas!.
En el fondo, tenemos la sensación de que los departamentos de marketing y comunicación han terminado por delegar parte de sus funciones en los comités de empresa, para quitarse de esa forma el trabajo ─y la responsabilidad─ de contestar preguntas delicadas para las que incluso puede que ni siquiera ellos tengan respuesta. Luego, si el periodista publica algo improcedente, recibirá una llamada del responsable de comunicación y márketing o alguno de sus acólitos recriminándole por ello y diciéndole en tono paternalista algo así como ¡Eso te pasa por no recurrir a las fuentes del saber que estamos aquí a tu disposición!.