miércoles, 16 de abril de 2025

RECUERDOS DEL TRASTERO: MERCEDES-BENZ TRAVEGO, MÁS DE 25 AÑOS EN EL MERCADO

NOTA IMPORTANTE: este artículo póstumo -probablemente incompleto- lo publico tal cual estaba en "borrador" con fecha 7 de febrero de 2025. El blog de "MotorScopio" se mantendrá, tal cual está como lo dejó mi padre, para toda persona que quiera consultarlo.

Venía a sustituir al autocar O 404 introducido en 1991 por el fabricante alemán y se ofrecía en versiones de dos y tres ejes

MADRID ─ Fue a mediados de junio de 1999, cuando Mercedes-Benz anunciaba que, a partir de septiembre de ese mismo año, su gama de autocares O 404, lanzada al mercado en 1991, comenzaría a ser sustituida en Alemania por un nuevo producto al que se había bautizado como Travego, el cual se empezaría a vender también en el resto de Europa a comienzos del año 2000. Las líneas de la carrocería del Travego eran por lo general más suaves que las de los mencionados O 404. Una de las peculiaridades del nuevo producto era el perfil del borde del techo, diseñado como canalón para conducir el agua de la lluvia pero de forma que no era visible desde abajo.

El ancho exterior del Travego era de 2,55 metros, de acuerdo ya con la nueva normativa europea sobre dimensiones de estos vehículos automóviles, y se ofrecían ya longitudes superiores a los 12 metros, concretamente 13,85 metros (tres ejes). La altura libre en el pasillo era de 2,10 metros. El antepecho de las ventanas se había rebajado en 3 centímetros y se había ampliado también el departamento para el equipaje de mano, así como el espacio para la cabeza por encima de los asientos. Los asientos, de nuevo diseño, contaban con un tapizado ergonómico concebido, según afirmaba el fabricante, para proporcionar el máximo de confort. El cinturón inferior iba fijado al asiento y la parte posterior del respaldo se había acolchado para mejorar la seguridad pasiva.

La calefacción, la ventilación y la climatización eran también fruto de un nuevo desarrollo. En la versión básica del Travego se empleaban convectores y, en la categoría superior, radiadores de pared con ventiladores axiales silenciosos. Como opción, se suministraba también un dispositivo regulador de la temperatura del antepecho de las ventanas, una especie de apoyabrazos con calefacción que pretendía evitar esa frialdad que el pasajero de la ventanilla nota al apoyar su brazo de ese lado sobre el cristal.

En el puesto de conducción lo que más destacaba era la palanca de cambios, en realidad un joystick, situada en la parte derecha de la consola desde la que se impartían las órdenes a la transmisión. En caso de que, dando marcha atrás, el autocar se aproximara a un obstáculo, una señal luminosa integrada en el retrovisor externo del lado izquierdo avisaba del peligro al conductor gracias a un sensor de ultrasonidos que medía la distancia al objeto.

Mucho menos mantenimiento

En el plano mantenimiento, se reducían los puntos que lo requerían y se duplicaba el intervalo entre servicios consecutivos, que hasta aquel momento se situaba en 90.000 kilómetros. En los nuevos Travego, las reparaciones se simplificaban optando por soluciones que facilitaban las mismas. Así, por ejemplo, en la parte trasera del vehículo, las juntas de separación de la carrocería se habían hecho visibles a propósito y los componentes de las áreas críticas iban atornillados para poderlos reemplazar fácilmente.

La motorización básica para el Travego RHD (techo elevado) era el motor OM 457 LA de seis cilindros en línea y 12 litros de cilindrada que se ofrecía en dos niveles de potencia: 348 y 415 caballos. Como motorización superior para el RHD se había desarrollado un nuevo motor de 8 cilindros en V que, con una cilindrada de 16 litros, alcanzaba una potencia de 470 caballos. Este motor se había pensado especialmente para los vehículos de más de dos ejes, con carrocería de longitud superior a 12 metros. Finalmente, existía una variante horizontal del ya mencionado motor OM 457 LA, pensada especialmente para el Travego RH (piso elevado), cuya potencia era la misma que la de las dos versiones del motor vertical.

Otro elemento muy novedoso del Travego eran sus espejos retrovisores integrales, que incorporaban dos espejos secundarios que, formando un ángulo, se situaban sobre los espejos principales integrados en el portaespejos. Su foco había sido calculado de manera que el conductor pudiera controlar desde su asiento todo el frontal delantero y los laterales de la carrocería. Un equipamiento visor, que se ofrecía como opción, permitía al conductor saber lo que ocurría en la parte de atrás. Unos diodos luminosos integrados en el retrovisor indicaban la distancia que separaba al Travego de un obstáculo posterior.