🔴 Bosch pone en ridículo a todos los detractores de este tipo de propulsión desarrollando un sistema que reduce las emisiones de NOx a una décima parte del límite máximo que se establecerá en 2020
Bosch asegura poder reducir las emisiones de NOx a la décima parte de lo que establecerá como máximo la normativa que saldrá en 2020 |
En efecto, los ingenieros de Bosch parecen haber logrado rebajar hasta sólo 13 miligramos por kilómetro la media de emisiones de NOx en condiciones reales de conducción lo que casi es la décima parte de los 120 miligramos por kilómetro que va a establecer como tope máximo la normativa europea que entrará en vigor en 2020.
De ser cierto y hay que suponer que lo es, dado que Bosch se juega mucho en este asunto, los que van a quedar a la altura del betún son los legisladores que habían emprendido en estos años la busca y eliminación de los vehículos propulsados por motores Diesel y que en cuanto los fabricantes de automóviles comiencen a incorporar la solución que acaba de anunciar Bosch se encontrarán en el mercado vehículos con motor Diesel a los que van a tener que conceder la etiqueta de ecológicos por su bajísima contaminación
Una solución económica y de fabricación inmediata
Y eso no va a tardar en suceder porque esta nueva tecnología, que combina un sistema avanzado de inyección de combustible con una nueva forma de gestionar el aire y una gestión inteligente de la temperatura, utiliza elementos que ya están en el mercado, lo que contribuye a reducir su precio y permitirá que los constructores de automóviles que lo deseen empiecen a recibirla en breve plazo.
En el pasado, las reducciones de emisiones de NOx en vehículos Diesel estaban muy condicionadas al estilo de conducción de cada persona, de forma que los estilos más dinámicos requerían también una recirculación igualmente dinámica de los gases del escape, explican los ingenieros de Bosch.
La nueva tecnología utiliza un turbocompresor de BMTS Technology, anteriormente Bosch Mahle Turbo Systems, optimizado para rebajar las emisiones en condiciones reales de conducción, de manera que reacciona rápidamente haciendo recircular los gases del escape de alta y baja presión, de manera que la gestión del flujo de aire sea muy flexible para que los conductores puedan viajar a cualquier velocidad sin aumentar las emisiones de NOx.
Bosch se ha mostrado partidario decidido ─de hecho promete no volver a medir emisiones ni consumo en laboratorio─ de que tanto unos como otras se midan en condiciones reales de conducción |
Según esos mismos ingenieros, la temperatura juega un papel igualmente importante y para garantizar un tratamiento óptimo de los NOx, los gases de escape deben alcanzar un mínimo de 200 grados centígrados). Pero en una conducción urbana no es frecuente que las temperaturas alcancen ese nivel, por lo que Bosch recurre a un sofisticado sistema de gestión térmica que regula activamente el calor del gas de escape con el fin de garantizar que el sistema se mantenga lo suficientemente caliente como para que las emisiones sigan siendo bajas.
Otro detalle técnico importante es que el filtro de partículas y el catalizador SCR van en una sola unidad que se acerca más al motor en una unidad y ubicarlo más cerca del motor para aprovechar el calor que emite éste.
Más avances a la vista
Bosch ha advertido que piensa avanzar todavía más en la reducción de las emisiones del tubo de escape de los motores de combustión interna aplicando inteligencia artificial. Asimismo, y en relación con las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el proveedor alemán ha asegurado que su nuevo sistema para recortar las emisiones de NOx no tendrá impacto en las de dióxido de CO2, ya que éstas dependen fundamentalmente del consumo, parámetro éste que desde Bosch apostaron por aumentar la transparencia ante usuarios y autoridades, yen ese sentido anunciaron que sus técnicos ya no llevarán a cabo mediciones de consumo en el laboratorio y que, en su lugar, se llevarán a cabo en condiciones reales de conducción.
A raíz del escándalo denominado dieselgate, en el que también se vió involucrado Bosch, por haber sido el desarrollador del software que falseaba las emisiones contaminantes de los motores Diesel del grupo Volkswagen, el proveedor alemán tuvo que indemnizar a los usuarios de dichos motores con 327,5 millones de dólares (unos 271 millones de euros al cambio actual).
Aunque no admitió haber cometido irregularidad alguna ante las autoridades estadounidenses y ninguno de sus ingenieros fue arrestado por el asunto, la reputación de Bosch quedó muy dañada por el escándalo y por eso da ahora especial énfasis al desarrollo de esta nueva solución técnica para rebajar, esta vez de verdad, las emisiones de NOx.