jueves, 16 de noviembre de 2017

LA INDUSTRIA ALEMANA DEL AUTOMÓVIL PODRÍA SER MULTADA CON 50.000 MILLONES DE EUROS

 La Comisión Europea investiga a Audi, BMW, Daimler, Porsche y Volkswagen por un posible cártel de larga duración


Los depósitos de AdBlue, cuya boca con tapón azul se ve en la foto, son
uno de los puntos críticos de la investigación que la Comisión Europea ha
abierto a los fabricantes alemanes de automóviles
MADRID ─ Audi, BMW, Daimler, Porsche y Volkswagen (VW) podrían afrontar la mayor multa de la historia ─50.000 millones de euros entre todas ellas─ si las autoridades europeas que vigilan la libre competencia consiguen demostrar que todas ellas participaron en un cártel de larga duración. La cifra se ha calculado teniendo en cuenta que cada uno de esos fabricantes de automóviles podría ser sancionado con hasta un 30 por ciento del volumen de negocios respectivo durante el año anterior a la multa. Claro que la cosa podría empeorar si los abogados estadounidenses se lanzan en tromba a formular reclamaciones también desde el otro lado del Atlántico.
Además, los automovilistas podrían formar sus propias asociaciones y presentar querellas por posibles daños y perjuicios derivados de la supuesta actividad de las cinco marcas contra la libre competencia, algo que tendría muchas más probabilidades de éxito si cuentan con una sentencia en contra de la Comisión Europea (CE).

Pero mucho nos tememos que la sangre no llegará al río... al menos, no tanta sangre.


En efecto, la marca que denuncia los hechos normalmente no es sancionada por la CE; en este caso fueron Daimler y VW las que conjuntamente destaparon el asunto en julio último, desencadenando que la CE abriera la correspondiente investigación, así que ambas podrían ver condonada su multa. Luego están las bonificaciones por reconocer la culpabilidad, por cooperar en la investigación, por aportar pruebas, etc. y se trata de bonificaciones que pueden llegar a ser muy sustanciosas.

Según informa Reuters, más de 200 empleados de los fabricantes de automóviles mencionados se habrían estado reuniendo desde la década de 1990 en 60 grupos de trabajo sobre cuestiones técnicas, como la reducción de las emisiones y los sistemas de frenos y de ahí podrían haber surgido las prácticas contra la libre competencia.

Los depósitos de AdBlue, bajo la lupa

Las acusaciones al cártel se centran especialmente en el sistema de reducción catalítica selectiva (SCR), que utiliza el AdBlue, una solución al 20 por ciento de urea en agua, para limpiar de emisiones de óxidos de nitrógeno los gases que salen por el escape y necesita un depósito de 19 litros para funcionar como es debido. Pues bien, de acuerdo con la revista alemana Der Spiegel, los fabricantes de automóviles ahora investigados habrían acordado usar en sus turismos depósitos de 8 litros como máximo, lo que permite más espacio en el maletero de esos vehículos pero hace que el sistema SCR sea ineficaz.

Hace justo un mes, la CE y el Bundeskartellamt, la oficina alemana antimonopolio, irrumpieron en la sede de BMW para buscar pruebas de comportamiento contra la libre competencia tanto en papel como en soporte electrónico. El 23 de octubre también lo hicieron con Audi, Daimler y VW.

Este tipo de investigaciones suelen ser largas y llevar años ya que la CE no tiene un tope de tiempo para concluir sus investigaciones que, por otra parte, lleva con mucho tacto y siempre que realiza alguna incursión en dependencias de alguno de los investigados acostumbra a recalcar que el hecho de que se realicen tales inspecciones no significa que las compañías que las sufren sean culpables de haber atentado contra la libre competencia, ni prejuzgan el resultado de la investigación en sí.

No es la primera vez que la CE sanciona actitudes de cártel en la industria europea del automóvil. Hace relativamente poco, se multó a los constructores de camiones por un caso de este tipo ocurrido entre 1997 y 2011, del que informamos en esta web-blog oportunamente, y según Greg Archer, director de vehículos limpios en Transport & Environment, un grupo belga que lucha por conseguir un transporte sostenible, a estas dos habría que añadir otras siete  investigaciones también en el sector del automóvil que finalmente se tradujeron en multas de 4.500 millones de euros en total.