- JD Power asigna al 500L el último puesto en su estudio de calidad
- La NHTSA investiga las llaves de contacto de algunos Dodge y Jeep
Fiat 500L Trekking |
MADRID ─ Fiat Chrysler empieza a disfrutar de algunas inesperadas ventajas derivadas de la adquisición por Fiat de Chrysler. Si hasta ahora el mercado no había dispensado una acogida demasiado favorable a los productos importados por el grupo desde Europa, las cosas parece que pueden complicarse tras la publicación de la edición 2014 del estudio que sobre Calidad Inicial publica la consultora JD Power y Asociados. En ese estudio, JD Power analiza el número de problemas padecidos por los automovilistas durante los tres primeros meses de posesión de un nuevo vehículo.
¡Ah, la posventa, el túnel de los horrores para los fabricantes de automóviles!.
En efecto, a tenor de la marcha de las venta del 500, el único modelo de Fiat que se ha exportado por ahora a Estados Unidos, parece bastante improbable que la marca italiana llegue a vender más de 50.000 unidades de dicho modelo en todo 2014. Pero al quedar el Fiat 500 en el último puesto de la clasificación de calidad publicada por JD Power, el futuro pinta muy negro para el 500 y puede que lo más sensato que podría hacer Sergio Marchione, presidente ejecutivo de Fiat Chrysler Automobiles (FCA), sea retirar de la venta el vehículo en el mercado estadounidense, pues es dudoso que incluso vendiendo 50.000 unidades, compense el deterioro de imagen que su falta de calidad produce en el resto de los productos de FCA.
Y por si el palo de JD Power al Fiat 500 no fuese bastante, llega la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), la agencia federal que entiende en materia de seguridad de los automóviles y abre una investigación a 700,000 Dodge y Chrysler de los años 2008 a 2010 y de los modelos Dodge Grand Caravan y Journey, así como del Chrysler Town y Country, y de 525.000 Jeep Commander de los años 2006 y 2007, y Jeep Grand Cherokee de 2005 y 2006 porque existe el temor, al igual que ha ocurrido con 2,6 millones de unidades de General Motors, haya un problema con la llave de contacto que, de manera imprevista, puede abandonar su posición de marcha y desactivar los servomecanismos que servoasisten el movimiento de la dirección y la actuación de los frenos, y también anular los airbags.
La investigación no ha debido ser muy bien acogida por Sergio Marchione quien, en épocas recientes, ya había protestado por el sistema de llamadas a revisión que mantiene el Departamento de Transporte del gobierno de Estados Unidos, por alarmista y rigurosamente excesivo... además, sin duda, por los costes tangibles e intangibles que puede originar a un fabricante en distintos frentes, añadimos nosotros.