🔴 El supuesto boom de la producción mundial de este tipo de vehículos puede conducir a una muy rápida escasez de este metal y a su consecuente y rápido encarecimiento
La semana pasada, en una reunión con analistas de Tesla Motors, el presidente del conocido fabricante de coches eléctricos de lujo, Elon Musk, que no se encontraba nada cómodo ante las preguntas relativas a las continuadas pérdidas de su compañía y los reiterados incumplimientos de previsiones de producción de sus coches eléctricos, parece que se fue por la tangente sacando pecho respecto a la ventaja que los vehículos de Tesla tienen al usar una cantidad de cobalto mucho menor que la que usan sus competidores.
El cobalto es una materia prima que se obtiene como subproducto en la minería del litio y el cobre y se da la circunstancia de que más de la mitad de sus reservas mundiales se encuentran en la República Democrática del Congo, lo que indudablemente facilita el control de las mismas.
Haciendo un inciso, indicaremos al lector que en este último país se ha vuelto a declarar otra epidemia del mortal virus ébola y van ya nueve. ¿Hay peligro de que el aumento de la exportación de cobalto desde la República Democrática del Congo pueda contribuir a propagar el fatídico virus por otros países?. No somos médicos y la respuesta a esta pregunta debería darla la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero parece lógico pensar que el riesgo de difusión aumentaría.
Aún no se recicla el cobalto de los vehículos existentes
Volviendo al tema que nos ocupaba, aunque el reciclado de esas baterías de litio podría permitir recuperar el cobalto que hay en los cátodos de las mismas, lo cierto es que hasta ahora ese reciclado no se practica y lo más probable es que no se acometa ese proceso hasta una década después de que los vehículos eléctricos hayan alcanzado un volumen de consideración en el parque mundial de automóviles.
Desde luego, todos los constructores de vehículos eléctricos llevan años tratando de reducir en lo posible el uso de cobalto y aunque Tesla lo ha rebajado a 4,5 kilos por vehículo, el resto aún usa una cantidad apreciablemente mayor, lo que hace pensar que por más que se esfuercen, será muy difícil que esos esfuerzos por reducir el consumo de cobalto puedan apreciarse a nivel mundial antes de 2022 y hay muy pocas esperanzas de que surjan alternativas al uso de cobalto en las baterías durante la próxima década.
En resumen, que la demanda de cobalto va a crecer a gran velocidad en los años venideros y eso, como ya se dijo antes, significa que las baterías y los vehículos eléctricos que las usan se encarecerán, que es justo lo contrario de lo que la demanda de vehículos eléctricos necesita.