♦ Pienso que me lo llegaron a ofrecer en Ford España, pero mis circunstancias laborales me impidieron hacer aquella prueba
Un Ford Transcontinental 4435 usado en el Salón de Vehículos Industriales de Donington Park (UK) de 2009 (FUENTE: Wikipedia ) |
Aunque ni Eusebio ni yo recordamos qué colega fue y tampoco es cuestión de sacar ahora esos detalles a la luz, la charla refrescó un poco mi memoria y, dándole vueltas al asunto durante estas últimas vacaciones, creo ahora que en efecto, desde Ford España me ofrecieron la posibilidad de probar el Transconti, pero que debí de tener que rechazarla porque aquellas pruebas coincidirían con uno de mis periódicos encontronazos con el propietario de Tecnipublicaciones.
En esta oportunidad fue a raíz del desacuerdo económico para dirigir TodoTransporte, la revista mensual que yo había estado preparando durante años, la cual empezó a publicarse en marzo de 1984, dejando yo poco después de hacer pruebas de vehículos industriales, ya que me prohibieron publicarlas en Auto-Revista, pasando a ser una exclusiva de la nueva publicación.
Mi situación laboral se fue complicando en los meses posteriores hasta el punto de que, a partir del 1 de abril de 1986, dejé de colaborar durante un tiempo con Auto-Revista, basculando hacia el sector de los servicios informáticos, cosa que he he tenido que hacer en más de una ocasión durante el transcurso de mi vida, pues como muchos me habrán oído decir más de una vez, en España no se puede vivir sabiendo tocar sólo una tecla del piano y mucho menos siendo un autónomo, como yo he sido la mayor parte de mi vida laboral.
Puede parecer extraño que Ford Euopa estuviera dispuesta a ofrecer a los medios de comunicación en 1986 la posibilidad de probar un vehículo que se dejó de fabricar en 1984, y del que ya algún transportista español ─como la empresa valenciana Transportes Generales Martínez (TGM)─ tenía unidades en su flota para el tráfico internacional a finales de los 70.
Pero no debemos olvidarnos de que lo importante es que hablen de tí... aunque sea bien y aquellas pruebas daban publicidad a la marca, al tiempo que suponían una inestimable ayuda para dar salida a los Transconti ya fabricados que Ford tenía en existencias.
En consecuencia y muy a mi pesar, me veo obligado a admitir que, desgraciadamente, no llegué a conducir un Ford Transconti... ¡Y bien que lo siento!.