► Un juez estadounidense falla que uno de los demandantes de General Motors por ese asunto pueda ser escuchado por un jurado que decida si su Saturn Ion de 2003 pudo accidentarse en 2014 por los interruptores defectuosos de su llave de contacto
Un Saturn ION Quad Coupe de 2004, uno de los modelos afectados por el problema de los sistemas de contacto defectuosos que usó GM |
El fondo de la cuestión es que GM siempre ha mantenido que no es responsable de las indemnizaciones para los vehículos defectuosos fabricados con anterioridad a 2009, el año en que la compañía quebró y tuvo que ser rescatada con fondos gubernamentales, constituyéndose una nueva compañía. Y a lo que el fallo del juez Furman puede dar lugar es a que GM se vea ante un juicio el próximo día 11 de este mes del que podrían derivar sanciones muy duras por haber ocultado el problema durante tantos años. El fabricante todavía tiene pendientes otra media docena de actos de conciliación por el mismo asunto en el presente año .
James Cain, un portavoz de GM, declaró a Reuters que su compañía está preparada para afrontar el juicio de Scheuer demostrando que la no apertura de los airbags del Saturn Ion de éste no se debió al problema del sistema de contacto.
El mes que viene hará un año que GM tuvo que reconocer la existencia del problema en casi tres millones de vehículos principalmente de los modelos Saturn Ion y Chevrolet Cobalt, pese a tener conciencia de la existencia del mismo desde al menos una década antes, teniendo que llamar a esos vehículos a revisión para solucionar el fallo.
Además de las indemnizaciones abonadas a víctimas a familiares de éstas, GM se comprometió a abonar una sanción de 900 millones de dólares (unos 832 millones de euros) para que su caso quedara en suspenso ante el Ministerio de Justicia, que terminaría por archivarlo si tres años se podía demostrar que el fabricante había colaborado en todo momento con las autoridades y no había vuelto a reincidir. Con ello, GM conseguía evitar que el asunto se convirtiera en una causa criminal ─que es lo que en realidad pretenden Scheuer y otros demandantes como él─ del que podrían derivar sanciones muchísimo más importantes para el constructor de automóviles.