lunes, 18 de enero de 2016

FEDERAL MOGUL DESISTE DE SEGREGAR SUS ACTIVIDADES DE PIEZAS PARA MOTORES Y CADENAS CINEMÁTICAS

El proveedor, controlado por el multimillonario Carl Icahn, había anunciado que iba a hacerlo en septiembre de 2014



MADRID ─ Federal-Mogul, el proveedor estadounidense de componentes y equipos para el automóvil, ha anunciado que abandona definitivamente la idea de segregar en dos compañías independientes sus actividades de piezas para motores y cadenas cinemáticas. El proyecto fue anunciado en septiembre de 2014, pero algún tiempo después, hace casi un año, Federal-Mogul anunciaba que posponía la realización del mismo, la cual estaba previsto llevar a cabo en el primer semestre de 2015.

No obstante, el proveedor asegura que internamente continuará trabajando como si se tratase de dos compañías independientes, incluso con sus respectivos presidentes ejecutivos, que dependerán directamente del comité de dirección de Federal-Mogul.

Icahn tomó el control de Federal-Mogul ─compañía que estuvo presidida por el español José María Alapont desde febrero de 2005 hasta finales de marzo de 2012─ una vez que el proveedor salió de la suspensión de pagos en 2007. 

Carl Icahn, famoso por desmembrar grandes empresas en dificultades para luego vender las partes resultantes una vez saneadas, controla un 82 por ciento de Federal-Mogul, según datos de hace cuatro meses, los últimos conocidos, a través de Icahn Associates Corporation, una de las empresas de Icahn Enterprises, el holding que gestiona los negocios e inversiones del multimillonario.

No están nada claros los motivos que han llevado a desistir del proyecto de segregación, aunque el hecho de que se vaya a mantener internamente la independencia de funcionamiento de las dos divisiones hace pensar que podría ser sólo una suspensión temporal del proyecto.

¿Exceso de oferta?

Algunos expertos consideran que Icahn ha podido estimar que no es el mejor momento para llevar a cabo la segregación, sin duda planeada para vender al menos una de las compañías resultantes, ya que hay ahora demasiada oferta de venta en el mundo de los componentes, amén de que la demanda de vehículos en Norteamérica tiene síntomas de estar alcanzando el final de la fase creciente del presente ciclo económico.


El multimillonario Carl Icahn es considerado por algunos
como el lobo de Wall Street al que mejor sienta la piel de
cordero
En efecto, por citar algunos ejemplos y aunque no entren en competencia directa, ahí está el caso de Johnson Controls, que acaba de anunciar que sus actividades en el frente de la construcción de asientos e interiores para automóviles, saldrán a bolsa el 3 de octubre próximo como compañía independiente, para la que se ha escogido la denominación Adient.

También Visteon está dándole vueltas a la segregación en dos compañías independientes de dos segmentos de actividad: electrónica y climatización, probablemente con intención de desprenderse después de esta última. Algunos expertos creen que, por separado, el valor en bolsa de esas dos compañías sería un 25 por ciento superior que el que ahora tiene Visteon en su conjunto, que asciende a 4.500 millones de dólares (poco más de 4.100 millones de euros al cambio actual) y ese aumento del valor de las partes es lo que buscan inversores como Icahn.

Alcoa anunció en septiembre del año pasado que también iba a dividirse en el segundo semestre del presente año en dos compañías independientes, una que seguirá manteniendo la denominación Alcoa y que se encargará de la fase primaria de la tradicional actividad de Alcoa ─obtención del aluminio a partir de la bauxita y procesos de fundición de ese metal ligero─ y otra, la de más valor añadido, que se dedicará a la producción de chapa de aluminio y fabricación de productos con este metal, para la que aún o se ha hecho público el nombre que adoptará, que sepamos. Parece que esta segunda se perfila como la más susceptible de venta, bien en bloque o fraccionándola a su vez en distintas partes (automoción, aeroespacial, etc.).

En nuestra opinión, lo que subyace en todos estos movimientos de segregación es una huída de los bajos márgenes que en estos momentos se consiguen como proveedores de la industria del automóvil, tan bajos que no compensan las fuertes inversiones que se requieren para mantenerse en los más alto de la ola tecnológica.

Durante años, los fabricantes de vehículos han venido presionando a sus proveedores para que bajaran los precios, a lo que éstos respondieron con movimientos de consolidación en busca de economías de escala que les permitieran acceder a las demandas de los fabricantes.

Pero ese enfoque tiene un límite, como ahora está quedando en evidencia, y esos megaproveedores han descubierto ya la trampa a la que les condujeron los fabricantes de vehículos y ven como única salida abandonar la industria del automóvil, al menos en aquellos frentes que proporcionan los márgenes más bajos.