🔸 Los dos primeros llevaban un motor de turbina que generaba electricidad, la cual era consumida por un motor eléctrico que era el que en realidad los movía
El Volvo ECT era un concepto de camión que buscaba reducir las emisiones de gases de efecto invernadero |
Aquel motor de turbina generaba la electricidad que era enviada al motor eléctrico que era el que en realidad propulsaba a ambos vehículos, una electricidad que también recargaba las baterías de níquel-hidruro metálico (NiMH), que por aquella época comenzaban a desplazar a las más comunes de níquel-cadmio (Ni-Cd), y que, cuando se deseaba que la emisión de contaminantes fuese nula, eran las encargadas de proveer de energía al motor eléctrico que movía las ruedas tanto del ECT como del ECB.
A resaltar que el autobús, el ECB, exhibía una solución revolucionaria al incorporar la mayor parte de la cadena cinemática (turbina y baterías Ni-MH) en el techo. La lógica
elevación del centro de gravedad que de ello derivaba era, a decir de Bengt Samuelsson, que había dirigido el proyecto ECB, similar a la de los autobuses de gas natural comprimido (CNG) se compensaba con un sistema de suspensión activa que permitía contrarrestar totalmente la problemática de menor estabilidad que podría derivar de aquel motivo.
Los dos vehículos incorporaban soluciones revolucionarias para la época como, por ejemplo, la sustitución de los espejos retrovisores externos por cámaras de televisión cuyas imágenes eran mostradas al conductor en el panel de mandos, algo que hace sólo unos pocos meses, transcurridos 25 años desde entonces, se ha incorporado de serie en los modelos más avanzados de algún conocido fabricante de vehículos industriales.
Y como esa, multitud de otras innovaciones que nada tenían que ver con el motor de turbina. De hecho, yo tuve la oportunidad de conducir el ECB ─ el ECT se había averiado el día antes y aunque se podía ver, no se pudo conducir─ cuando fueron presentados en España, en el circuito del Jarama, y nunca tuve la sensación de que los ingenieros de Volvo quisieran hablar demasiado del motor de turbina que incorporaban los ECT y ECB.
Como el ECT, el ECB, en la foto, incorporaba multitud de soluciones técnicas de vanguardia, algunas de las cuales se están adoptando ahora, al cabo de 25 años, en los camiones de serie |
Y para concluir esta serie de artículos dedicados a la historia del fracaso de los motores de turbina, queremos hablar de otro misterioso vehículo del que apenas si tenemos datos y del que tampoco hemos conseguido una fotografía.
Se trata también de un Volvo, aunque en este caso de un F12 en el que muy probablemente se instaló un motor de turbina similar al utilizado en los prototipos ECT y ECB que veníamos comentando... puede que hasta fuese el mismo, ya que en la documentación que hemos encontrado se habla de que ese motor se estuvo desarrollando entre 1993 y el año 2000. Esto encaja con que los ECT y ECB que se habían presentado en 1995, requirieron un plazo de desarrollo de 18 meses, lo que nos lleva a 1993.
Y en este caso si tenemos información en cuanto a su rendimiento. Según parece, no se llegó a alcanzar el 42 por ciento de eficiencia que se conseguía con los motores Diesel de pistones, quedándose en un mero 38 por ciento. Eso sí, una vez más, se aseguraba que, con el adecuado desarrollo, aquel motor de turbina podría alcanzar el mismo nivel de eficiencia que se conseguía con los motores Diesel convencionales.