sábado, 14 de marzo de 2020

MI AMIGO ANDRÉS, EL CHRYSLER PT CRUISER Y LOS PELIGROS DE LAS PRESENTACIONES ESPECTÁCULO

🔸 Historia de una presentación a la prensa que no terminó en tragedia porque Dios no quiso


El Chrysler PT Cruiser, en que lo de PT significaba transporte de viajeros
MADRID ─ Hace unos días, acababa yo de comentar con unos compañeros de los medios de comunicación que los actos de presentación de vehículos nuevos hace tiempo que dejaron de ser convocatorias cerradas a los periodistas en las que se anunciaban las características técnicas de aquéllos, los planes de comercialización del nuevo producto y la marcha económica de la firma convocante para transformarse en macropresentaciones con derroche de fanfarria en que la marca reúne a periodistas, concesionarios y clientes en un  acto único durante el cual es imposible formular preguntas ─ni malintencionadas, ni de otro tipo─ por razones obvias. Y salió a relucir que la reciente presentación en Bilbao de la nueva gama TG de camiones MAN podía considerarse el culmen, por ahora, de esa evolución, pues había sido un esplendoroso espectáculo capaz de competir con los más famosos musicales de Broadway.

Tras lo dicho en el párrafo anterior, el lector habrá empezado a preguntarse cómo voy a ligar la introducción de este artículo con los otros protagonistas anunciados en el título del mismo. Pero esperamos que, poco a poco, según avance en la lectura del texto, el lector vaya percibiendo que esa conexión temática tiene todo el sentido del mundo.

Sólo unos días antes de comentar la grandiosa presentación de la gama TG de MAN, mi amigo Andrés me había hablado de que en los hoteles de Las Vegas, en el estado de Nevada, era habitual que se ofrecieran a los huéspedes y al público en general espectáculos muy elaborados sobre temas o personajes conocidos mundialmente, como, por ejemplo, James Bond, la Mafia, etc., que se presentaban al público en grandes salas con capacidad para más de 3.000 espectadores. Vamos, algo parecido a esos grandes shows con derroche de efectos especiales que pueden verse en los parques temáticos de Orlando (Florida) o Los Ángeles (California).

Un nuevo espectáculo sobre Al Capone

Y me comentaba mi amigo Andrés que su gente estaba pensando en preparar un nuevo espectáculo sobre la figura de Al Capone para uno de los hoteles que el grupo de empresas de mi amigo Andrés tiene en Las Vegas y que tendrían que buscar algunos coches clásicos de allá por los años 20 y 30, que estuvieran en consonancia con el personaje, para que aparecieran en el espectáculo.

Dando vueltas a esto último, a mí se me vino a la cabeza que si mi amigo Andrés no encontraba los coches que buscaba siempre quedaba la posibilidad de recurrir a algunos Chrysler PT Cruiser pintados de gris o negro para que en ellos aparecieran los figurantes que harían de gangster armados con pistolas y hasta metralletas Thompson con tambor incluidas.

Aunque promocionado como vehículo retro, las líneas del Chrysler PT
Cruiser eran de un retro muy descafeinado
Y entonces el disco duro de mi cerebro recuperó un recuerdo de hace 20 años que allí había quedado archivado desde entonces: los hechos que acontecieron en la presentación del Chrysler PT Cruiser a la prensa española, la cual estuvo a punto de terminar en tragedia quizá por aquello de organizar presentaciones con espectáculo incluido.

Pero antes de relatar lo que allí aconteció, hablaremos un poquitín de la historia del Chrysler PT Cruiser para mejor situar al lector en escena.

El inicio de la moda retro en la industria del automóvil

Resulta que en el Salón de Detroit de 1998, la alemana Volkswagen había dado la campanada presentando su nuevo Escarabajo (New-Bettle) e iniciando lo que entonces se denominó moda retro del automóvil.

Y mira tú por dónde que precisamente en 1998, la también alemana Daimler compraba lo que quedaba de una Chrysler que, en la ruina, había logrado aguantar hasta entonces gracias a un cuantioso crédito puente que le había concedido el gobierno de Estados Unidos.

Daimler quiso entonces contrarrestar el impacto que su rival más directo había conseguido con el nuevo Escarabajo y presentó en 1999 su vehículo retro, el Chrysler PT Cruiser basado en el Chrysler Airflow de 1934, un año en el que Al Capone, el famoso cara cortada (Scarface), llevaba ya un tiempo peregrinando por las cárceles de Estados Unidos después de que Elliot Ness y sus intocables consiguieran pillar al gangster ─al que se atribuye la muerte de al menos 33 personas─ por evasión de impuestos.

El Chrysler PT Cruiser era un monovolumen que estuvo en producción desde el año 2000 hasta el 2010 fabricándose algo más de 1,3 millones de unidades del mismo, siendo declarado coche del año 2001 en varios países, España entre ellos. En realidad su estética no era demasiado retro pero se promocionó en gran medida apoyándose en la época del gangsterismo.

Una aciaga idea

De hecho, cuando el importador de Chrysler para España presentó el vehículo a los medios de comunicación, el jefe de prensa decidió montar un espectáculo ─mantenido en secreto hasta el último momento a los periodistas que participaron en la presentación─ que consistía en que, al llegar la caravana de unidades del Chrysler PT Cruiser con los periodistas a bordo a un punto de la Avenida de la Albufera de Madrid, próximo al cruce con la M-30, la caravana era asaltada por unos figurantes que hacían de gangsters y que armas en mano amenazaban con liquidar a los periodistas.

El Chrysler Airflow de 1934, el modelo que inspiró el Chrysler PT Cruiser
(Foto de Rex Gray, Wikipedia)
Y entonces sucedió algo que, incomprensiblemente, al organizador del show no se le había pasado por la cabeza: empezaron a aparecer policías de debajo de las piedras, seguramente requeridos por algún compañero del cuerpo que se había encontrado de sopetón con aquel inconcebible asalto en plena calle.

Un compañero periodista que estuvo presente, me comentaba días después que uno de aquellos policías gritaba al gangster figurado que se encontraba más próximo al vehículo en que iba mi compañero: ¡Policía!, ¡tira el arma, tira el arma o te mato!, a lo que aquel gangster figurado respondía entre sollozos: ¡no dispare, que el arma es de madera!, ¡no dispare que yo soy un figurante!.

¿Increíble, verdad?.

Como el lector imaginará el jefe de prensa que había organizado aquella desafortunada presentación espectáculo fue despedido al día siguiente, al tiempo que el importador de la marca norteamericana se dedicaba a echar toda la tierra posible por encima de aquel desatino.