🔸 En 2022, la demanda de estos vehículos será similar a la que se registró en 2016, pero aún muy por debajo de los picos que se alcanzaron en 2007 y 2018
MADRID ─ En los últimos seis meses, la mayoría de los países de Europa occidental han actualizado nuevamente, y por lo general de manera positiva, sus pronósticos de evolución del PIB en el conjunto de 2021. Sin embargo, esas mejoras son modestas. De manera similar y tras las la contracción masiva sufrida por las economías europeas en 2020 y la primera mitad de 2021, las perspectivas para la demanda de remolques y semirremolques nuevos, también han mejorado, especialmente para 2021/22. Serán mayormente pequeños cambios en el conjunto de esa región, aunque algunos países concretos sí verán cambios significativos.
Suponiendo que se mantengan bajo control las posibles nuevas oleadas de covid-19, CLEAR International, una consultora británica especializada en el mercado de remolques y semirremolques, prevé un crecimiento del 11,3 por ciento en la demanda de estos vehículos en Europa occidental durante 2021. Sin embargo, ni este ni un algo mayor crecimientos esperables en 2022 serán suficientes para recuperar las ventas perdidas en 2020; tendrán que pasar aún varios años más antes de que podamos volver a los niveles de demanda que se alcanzaron en 2018, dice Gary Beecroft, director gerente de CLEAR International, que añade que, en 2022, la demanda de remolques y semirremolques nuevos será similar a la que se registró en 2016, pero aún muy por debajo de los picos cíclicos de 2007 y 2018.
Esas caídas de 2019/20 fueron aproximadamente la mitad de las observadas en 2008/09 (en términos porcentuales). Además, la recuperación, que llevó seis años después de la gran crisis financiera mundial de 2009, esta vez se pronostica que tomará solo dos años, .
En cuanto a la evolución del parque de remolques y semirremolques y aunque solo subió un 0,2 por ciento en 2020, crecerá menos del 1 por ciento en los tres años siguientes (2001/23).
Desafortunadamente, no hay forma de garantizar que el COVID-19 no vuelva a recrudecerse con la aparición de alguna nueva variante que esté menos controlada por las vacunas existentes. Además, en el próximo invierno la población se volverá a exponer a la gripe, que fue un factor menor el invierno pasado, ya que la mayoría de las personas estaban confinadas en sus hogares, advierte Beecroft.